La fuerte onda tropical que azotó a Santa Marta en la tarde de ayer, no solo generó inundaciones y emergencias viales, sino también la caída de al menos 20 árboles en diferentes puntos del Distrito, producto de los vientos fuertes y la acumulación de agua por las intensas lluvias.
Así lo confirmó la directora del Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (Dadsa), Paola Gómez, quien explicó que los árboles cayeron principalmente en sectores donde se registraron mayores dificultades por las lluvias torrenciales.
“El mayor número de árboles caídos se reportó en zonas como la calle 22, la Avenida del Libertador, San Fernando, Las Malvinas y Taminaca. Desde el momento en que cesó la lluvia empezamos a recibir los reportes, y desde las horas de la noche activamos la intervención de estos puntos críticos”, señaló la funcionaria.
Gómez indicó que, en la mayoría de los casos, los árboles no pudieron ser rescatados debido al daño interno que sufrieron. “Muchos troncos se resquebrajaron por dentro. Eso hizo imposible salvarlos”, afirmó.
La directora del Dadsa también aclaró que el mantenimiento de los árboles en varios puntos de la ciudad no es competencia directa de la entidad. “Esa responsabilidad está a cargo de un concesionario. Desde el Dadsa lo que hacemos es brindar apoyo en casos de emergencia para que los árboles no representen un peligro para la comunidad”, explicó.
De acuerdo con Paola Gómez, el Dadsa interviene específicamente cuando los árboles obstruyen el paso vehicular, bloquean entradas a viviendas o corren el riesgo de ser arrastrados por corrientes que los lleven hasta los ríos o el mar, generando mayores afectaciones.
CAUSAS DE LAS CAÍDAS
Sobre las causas de las caídas, la funcionaria fue enfática en señalar que se trató de un evento climático sin precedentes recientes.
“Según los reportes del Ideam, hace más de 12 años no se presentaban precipitaciones de este volumen en Santa Marta. Ante fenómenos de esta magnitud, incluso árboles aparentemente sanos pueden ceder”, manifestó.
La acumulación de agua en el suelo, la saturación del terreno y el deterioro natural de algunos árboles también habrían influido en los colapsos. “En algunos casos, los árboles ya presentaban daños internos y no resistieron la presión del agua ni los vientos. En otros, el peso del agua acumulada fue demasiado y terminó por derribarlos”, explicó Gómez .
Aunque no se reportaron personas heridas por la caída de árboles, varios de ellos afectaron temporalmente la movilidad y generaron alarma entre los vecinos. En todos los casos, los organismos de socorro y el equipo de atención del Dadsa realizaron labores de corte, despeje y remoción.
La directora del Dadsa también hizo un llamado a la comunidad para que se apropien del cuidado de los árboles cercanos a sus viviendas, en articulación con las entidades encargadas. “Un árbol que es cuidado tiene más posibilidades de resistir fenómenos climáticos extremos. Necesitamos del compromiso ciudadano para su mantenimiento”, dijo.
REPOSICIÓN DE ÁRBOLES
Tras superar la etapa inmediata de emergencia, la funcionaria anunció que el Dadsa comenzará un proceso de reposición de árboles en los sectores afectados, una vez las condiciones climáticas lo permitan.
“Tenemos la responsabilidad de reforestar los espacios donde hubo pérdida de cobertura vegetal. Apenas el clima lo permita, iniciaremos con la siembra de nuevos ejemplares, priorizando especies nativas y resistentes a las condiciones locales”, concluyó.