El 13 de octubre de 2010 quedó grabado en la memoria de los samarios como una fecha trágica. Ese día, Eileen María Reyes Santiago, una joven estudiante de enfermería, fue capturada tras ser sorprendida asesinando brutalmente a una recién nacida dentro de la Clínica de La Mujer, un hecho que generó conmoción nacional por su crueldad y por haber ocurrido en un centro médico.

Según los reportes, Reyes Santiago ingresó al área de UCI pediátrica, tomó a la bebé entre sus brazos y, en un acto inexplicable, la arrojó al suelo, golpeándola y pateándola en repetidas ocasiones frente a la mirada aterrada de quienes se encontraban en el lugar.

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La escena provocó una fuerte reacción entre los presentes, quienes intentaron agredir a la mujer antes de que fuera detenida por uniformados de la Policía Metropolitana de Santa Marta.

Posteriormente, un juez de control de garantías ordenó su medida de aseguramiento preventiva en la cárcel La Vega de Sincelejo, decisión que fue ratificada semanas después por el Juez Quinto Penal del Circuito con funciones de Conocimiento, al considerar que la sindicada representaba un peligro para la sociedad.

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Durante la audiencia, la defensa alegó que su cliente no se encontraba en pleno uso de sus facultades mentales al momento del crimen. Sin embargo, el juez confirmó la medida, destacando la gravedad del hecho y la necesidad de mantenerla privada de la libertad mientras avanzaba el proceso judicial.

El homicidio de la recién nacida no solo conmocionó a Santa Marta, sino que abrió un debate sobre la salud mental y la responsabilidad ética de los futuros profesionales de la salud.

Hoy, 15 años después, el caso de Eileen María Reyes Santiago sigue siendo recordado como uno de los episodios más oscuros ocurridos en la capital del Magdalena.