La Diócesis de Santa Marta celebró el pasado el Jubileo de la Vida Consagrada, un encuentro de gratitud y esperanza en el que participaron comunidades religiosas que, con su entrega y testimonio, han acompañado la misión evangelizadora de la Iglesia en este territorio.
La jornada se desarrolló en la Parroquia Sagrados Corazones de Jesús y María, como parte de las actividades conmemorativas por los 500 años de la ciudad y de la evangelización en el territorio samario. El encuentro reunió a religiosas y religiosos de diversas comunidades presentes en la diócesis, quienes participaron en un espacio de formación, oración y fraternidad, guiado por el Obispo de Santa Marta, Mons. José Mario Bacci Trespalacios, y el delegado diocesano para la vida religiosa, Pbro. Luis Antonio Cardona.
Durante la celebración, Monseñor Bacci expresó que “la vida consagrada perpetúa en la Iglesia la profecía de Jesucristo, enraizada profundamente en sus enseñanzas y ejemplo”, subrayando la huella indeleble de las comunidades religiosas en los 500 años de historia eclesial de la ciudad.
La hermana Gloria Liliana Franco Echeverry, de la Compañía de María, fue invitada especial en esta jornada. En su mensaje, animó a las comunidades a “seguir caminando en esperanza y vivir con renovado entusiasmo su vocación”.
Por su parte, la hermana Daniela, de las Hijas del Fiat, manifestó que este jubileo fue una “experiencia de renovación y de comunión con toda la vida religiosa de la diócesis”, destacando la alegría de reencontrarse en la misión común de servir al pueblo de Dios.
Como signo de gratitud, la Diócesis entregó a cada comunidad un reconocimiento especial y una medalla conmemorativa de los 500 años, símbolo de la memoria histórica y espiritual de la Iglesia samaria.
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El texto del reconocimiento otorgado a las comunidades expresa:
“La Diócesis de Santa Marta exalta la misión de: [nombre de la comunidad] por su servicio y labor apostólica en esta Iglesia Particular. En el Año Santo de la Esperanza, se entrega este reconocimiento. Gratitud perenne.”
El documento fue suscrito por Mons. José Mario Bacci Trespalacios, Obispo de Santa Marta, y el Pbro. Luis Antonio Cardona, delegado para la vida consagrada.
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Significado de la medalla conmemorativa
La medalla del Jubileo de los 500 años posee un profundo valor simbólico. En una de sus caras, aparece en relieve la fachada de la Catedral Basílica de San Miguel y El Sagrario, templo madre de todas las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia, con la inscripción en latín “Omnium columbianae ditionis ecclesiarum mater” (Madre de todas las Iglesias de la jurisdicción colombiana) y la leyenda “Sanctae Marthae, MMXXV” (Santa Marta, 2025).
En el reverso, se reproduce la imagen de la Virgen Inmaculada, la más antigua de la ciudad y declarada en 1745 como Gobernadora y Capitana del Puerto de Santa Marta. La inscripción alrededor dice: “Tota pulchra es, Maria, et macula originis non est in te” (Eres toda bella, María, y en ti no hay pecado original) y “Quingenti anni in fide, evangelizatione et cultura” (500 años de fe, evangelización y cultura).
La celebración concluyó con la Eucaristía jubilar y un momento de fraternidad entre las comunidades religiosas. Este encuentro reafirmó la misión profética de la vida consagrada como testimonio de esperanza y servicio en la historia viva de la Diócesis de Santa Marta, en el marco del Año Santo de la Esperanza y los 500 años de fe, evangelización y cultura.