Un grupo de católicos se ha movilizado contra el veto del Ayuntamiento de Barcelona (España) a la colocación del tradicional pesebre de Navidad en la plaza de San Jaime, convocando a los ciudadanos a llevar al lugar sus propias figuras el próximo 14 de diciembre.
Corriente Social Cristiana, un grupo fundado en 2024 en Barcelona con el objetivo de promover la Doctrina Social de la Iglesiaj sin vinculaciones partidistas, denunció a través de un comunicado que hay un interés por parte del poder político, cultural y mediático de calificar la cancelación del belén de la plaza de San Jaime “como un hecho anecdótico”.
«Quieren ignorar que lo que da valor a la celebración del belén no es tanto su belleza, que también, como ocupar simbólicamente la vía pública”, subrayan en el texto, en el que califican lo ocurrido como “grave por su significado de exclusión” y señalan que “forma parte de una dinámica más amplia”, visible en acciones como la eliminación de la Misa de la Virgen de la Merced del programa de actividades de la fiesta mayor de la ciudad.
Para los convocantes de la protesta, la colocación del belén en la plaza donde tse encuentra la sede del Ayuntamiento de Barcelona tiene un triple valor: religioso, popular y artístico.
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Desde el punto de vista religioso defienden que, «para los cristianos de fe, es la expresión del nacimiento del Mesías redentor, Jesucristo”. Como valor popular, la colocación del pesebre es defendida como “una tradición arraigada que trasciende el ámbito de la fe” y contribuye a la “identidad colectiva». En el plano artístico, añaden, “es una manifestación cultural de gran belleza y valor patrimonial”.
Corriente Social Cristina recuerda, por otro lado, que este símbolo popular, se remonta al siglo XVIII, cuando se instaló el primer belén público de grandes dimensiones, y quedesde 1940, se ha colocado en la plaza de San Jaime, hasta la llegada del actual equipo de gobierno municipal en 2023. Este estáliderado por el socialista Jaume Collboni, elegido con el apoyo del grupo comunista Barcelona en Común y del Partido Popular, de centro, pese a contar con tan sólo 10 concejales sobre un total de 41.
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Corriente Social Cristiana considera que “el belén, como realidad cultural, popular y tradicional, pertenece a la ciudad, no al Ayuntamiento, que solo es un servidor de la sociedad civil” y que el alcalde «practica la guerra cultural contra los símbolos cristianos de la ciudad con la voluntad de excluir toda manifestación cristiana vinculada al municipio del espacio público”.
“Es una expresión de supremacismo cultural y político de concepciones secularizadoras y materialistas, que rechazamos en nombre del pluralismo democrático”, añaden.D