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Entre historias de vida y emociones se realizó la Ceremonia de la Luz de Unimagdalena

En días pasados Ana Isabel Orozco recibió grado de la Normal Superior de Corozal. La recién graduada disfrutó de un agasajo en el que estuvieron sus familiares y amigos.

La Universidad del Magdalena y la Dirección de Desarrollo Estudiantil como impulsores de la formación universitaria de la región Caribe, reunieron una vez más a estudiantes del Programa de Enfermería en la tradicional y simbólica Ceremonia de la Luz.

Un espacio que resalta las historias de vida y emociones de los alumnos, tal y como declaró Pedro Díaz Rodríguez, con discapacidad auditiva, uno de los 45 futuros enfermeros de la Universidad del Magdalena que iniciarán prácticas profesionales. “Me siento feliz y orgulloso, con capacidad de poder servir a la población que me necesita”, dijo.

Cuando tenía 14 años recibió la noticia más devastadora de su vida. En plena adolescencia, una leucemia linfoblástica atacó su vida. Tres años después venció la enfermedad, pero el tratamiento contra este tipo de cáncer le desencadenó una discapacidad auditiva.

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“Toda la vida me ha gustado el estudio y la discapacidad nunca fue una limitación.”, aseveró Pedro, quien cursó diversos programas de educación superior hasta encontrar su verdadera vocación y motivarse a estudiar Enfermería en Unimagdalena.

Su ingreso a la Alma Mater se dio gracias a las políticas de inclusión lideradas por el rector Pablo Vera Salazar a través de sus planes de gobierno. Gracias a su pasión por las letras, específicamente por los cuentos y la poesía, obtuvo un cupo especial como bachiller artista.

Pedro Díaz Rodríguez, durante la recepción de la placa que lo identifica como enfermero de Unimagdalena.
Pedro Díaz Rodríguez, durante la recepción de la placa que lo identifica como enfermero de Unimagdalena.

Sin embargo, por una dificultad en su tercer semestre perdió la beca, pero “inmediatamente me activaron la beca por discapacidad. Gracias a la Universidad pude alcanzar este logro que siempre había querido”, señaló con la satisfacción de que Unimagdalena nunca lo soltó de su mano y, por el contrario, lo acompañó en la consecución de sus sueños.

Pedro Díaz Rodríguez, con 33 años y estudiante de noveno semestre, acaba de recibir el símbolo de la luz y la placa que lo identifica como enfermero, pues desde ya emprende la primera experiencia en un escenario clínico, donde pondrá en práctica sus conocimientos y demostrará el sello distintivo de Unimagdalena.

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En esta misma ceremonia, Arelis Vargas Gallardo, una madre cabeza de hogar, dio un paso más cerca de su título como enfermera. Al igual que Pedro, esta mujer de 40 años recibió el aval para iniciar sus prácticas profesionales.

Pero su historia también lleva detrás sacrificios y el impulso de sus hijos de 13 y cinco años, a quienes ha sostenido alternando sus estudios universitarios y su trabajo como Auxiliar de Farmacia.

“No ha sido fácil, ha sido una travesía con muchos altibajos, días donde queremos tirar la toalla, pero sí se puede con el apoyo de nuestros docentes, que son nuestros pilares, que nos llevan de la mano”, relató Arelis, quien durante un tiempo tuvo que suspender sus estudios.

Arelis Vargas Gallardo recibió la toca que la distinguirá como enfermera en sus prácticas profesionales.
Arelis Vargas Gallardo recibió la toca que la distinguirá como enfermera en sus prácticas profesionales.

Eligió Enfermería en esta Casa de Estudios Superiores tras la pérdida de su madre. “Ella fue paciente oncológica. El hecho de vivir la experiencia de un paciente que requiere tanto cuidado, me despertó sentimientos que me llevaron a pensar en ayudar a personas que enfrentan una enfermedad terminal”, anotó Arelis.

Para ambos estudiantes y sus compañeros, la Ceremonia de la Luz se convierte en un acto especial en el que recuerdan su trasegar académico y reafirman que todo ha valido la pena.

De acuerdo con la enfermera magíster Daniela Trillo Cuello, directora del Programa de Enfermería, estos estudiantes fueron formados con valores, sentido de pertenencia y humanismo, y agregó que “cuentan con todas las competencias para hacer sus prácticas en las diferentes instituciones de la ciudad de Santa Marta.

Testimonios como el de Pedro Díaz y Arelis Vargas son el motor de la misión transformadora de la Universidad del Magdalena que, con el liderazgo del Rector Pablo Vera Salazar, insta a los jóvenes a superar barreras, cerrar brechas y crear condiciones para la calidad de vida de sus familias y sus comunidades.


En días pasados Ana Isabel Orozco recibió grado de la Normal Superior de Corozal. La recién graduada disfrutó de un agasajo en el que estuvieron sus familiares y amigos.


Autor: [email protected] (Jorge Cabana)

Fecha de Publicación: martes, 18 de febrero del 2025


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