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Arhuacos: Guardianes de la Sierra Nevada de Santa Marta y su cultura ancestral

Liderados por sus Mamos, protegen su territorio y las tradiciones ancestrales para que su legado se mantenga en el tiempo.

En la Sierra Nevada de Santa Marta, los Arhuacos mantienen viva una tradición ancestral basada en el respeto por la naturaleza y la armonía con el entorno. Luis Salcedo Zalabata, gobernador del Cabildo Arhuaco de Magdalena y La Guajira, explica cómo su pueblo enfrenta los desafíos del mundo moderno sin perder su identidad.

Bajo la sombra del árbol Murita, en Katanzama, los Arhuacos mantienen viva su cosmovisión a través de rituales, enseñanzas y decisiones comunitarias. En este territorio sagrado, los Mamos transmiten su conocimiento ancestral a los jóvenes, asegurando la continuidad de su legado.

“Cada ser tiene un espíritu que merece respeto”, afirma Salcedo Zalabata, subrayando la importancia de los rituales que conectan a su pueblo con la naturaleza. Durante el cierre del Parque Nacional Natural Tayrona, por ejemplo, realizan ceremonias para restablecer el equilibrio ecológico, afectado por la actividad humana.

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Rituales y conexión espiritual con la naturaleza

Los Arhuacos realizan ceremonias que fortalecen su vínculo con la Sierra Nevada de Santa Marta; durante estas prácticas, ayunan y evitan el consumo de sal para purificar el espíritu. En momentos clave del año, como los cambios de estación, rinden tributo a los elementos naturales. “Cada árbol, cada montaña y cada río tiene vida; si no los cuidamos, el equilibrio del mundo se rompe”, explica el gobernador en diálogo con EL INFORMADOR.

Una de estas ceremonias se lleva a cabo durante el cierre del Parque Natural Nacional Tayrona, cuando los Arhuacos y los otros pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta realizan rituales de pagamento a la naturaleza. Aunque físicamente estén lejos, su conexión con estos espacios sagrados es constante. “El cierre es una oportunidad para que la tierra descanse y se recupere del impacto humano”, destaca Salcedo Zalabata.

Organización social y educación

Los Arhuacos en los departamentos del Magdalena y La Guajira están organizados en 24 asentamientos, con una población de aproximadamente 13.000 personas. Su estructura social está liderada por los Mamos, quienes poseen el conocimiento ancestral y guían a la comunidad en la toma de decisiones. Junto a ellos, los cabildos y comisarios desempeñan un papel fundamental en la protección del territorio y el orden social.

La educación es otro pilar clave para la preservación de su identidad. Tras la expulsión de la Misión Capuchina en 1983, los Arhuacos asumieron el control de su propio sistema educativo, formando docentes que combinan conocimientos ancestrales con educación formal. “No queremos perder nuestra identidad, por eso nuestra lengua y nuestra cultura deben ser la base de nuestro aprendizaje”, señala Luis Salcedo Zalabata, en diálogo con EL INFORMADOR.

Sin embargo, el desafío sigue siendo grande, ya que las normas estatales muchas veces no consideran las particularidades de los pueblos indígenas. “El gobierno impone regulaciones que no siempre nos favorecen, pero seguimos luchando para garantizar una educación propia que respete nuestra cosmovisión”, enfatiza Salcedo Zalabata.

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Identidad cultural y lucha contra el cambio climático

Cada prenda que usan tiene un significado especial: el gorro representa la Sierra Nevada, el cabello simboliza el bosque y la ropa refleja las estaciones del año. Las mujeres, guardianas de la fertilidad y la comunidad, elaboran mochilas que contienen elementos de protección y carga espiritual.

Pese a la fortaleza de su cultura, el cambio climático y la explotación de recursos amenazan su territorio. La deforestación, la minería y la expansión agrícola han alterado los ecosistemas de la Sierra Nevada de Santa Marta, poniendo en peligro el acceso al agua. “Si seguimos destruyendo la Sierra, en 30 años podríamos quedarnos sin agua”, advierte Salcedo Zalabata.

Para enfrentar estos desafíos, los Arhuacos han desarrollado modelos de economía sostenible, como el cultivo de cacao orgánico y la producción de artesanías. A través de un centro de acopio propio, exportan sus productos directamente a mercados en Europa, evitando intermediarios y asegurando mejores condiciones para su comunidad.

Un llamado a la conciencia y al respeto por la Sierra Nevada

Los Arhuacos comparten la Sierra Nevada de Santa Marta con otros tres pueblos indígenas: Koguis, Wiwas y Kankuamos. Aunque tienen diferencias culturales, están unidos en la defensa del territorio y la protección de los sitios sagrados. “Nosotros seguimos cumpliendo nuestra misión de proteger la tierra, pero el hermano menor también debe aprender a hacerlo”, expresa el gobernador, refiriéndose a la sociedad no indígena.

A medida que Santa Marta se acerca a sus 500 años de fundación, los Arhuacos ven esta fecha como una oportunidad para reflexionar sobre la resistencia de su cultura. “Por siglos hemos sido desplazados y despojados de nuestros territorios. Esta conmemoración debería servir para reconocer nuestra lucha y nuestro aporte a la preservación del medio ambiente”, concluye Salcedo Zalabata.

Con una visión basada en el respeto por la naturaleza y el conocimiento ancestral, los Arhuacos siguen defendiendo la Sierra Nevada de Santa Marta, el corazón del mundo, para garantizar su supervivencia y la de las futuras generaciones.


Liderados por sus Mamos, protegen su territorio y las tradiciones ancestrales para que su legado se mantenga en el tiempo.


Autor: [email protected] (Jorge Cabana)

Fecha de Publicación: miércoles, 5 de marzo del 2025


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