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Sin comunidades empoderadas no habrá un turismo sostenible

Sin comunidades empoderadas no habrá un turismo sostenible

Con importantes insumos, estrategias y una hoja de ruta definida finalizó ayer en Santa Marta el II Foro Iberoamericano de Turismo, el cual convocó a más de 650 empresarios, líderes juveniles, representantes de los distintos actores de la cadena productiva relacionada con la ‘industria sin chimeneas’ y expertos invitados de 22 países.

En su intervención, Narciso Casado, secretario del Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), exaltó el potencial transformador del sector turístico en cada territorio como palanca para impulsar oportunidades a las comunidades y dialogar con el entorno. “Para recorrer ese camino, es necesario un itinerario del cambio que nos permita avanzar de la teoría a la acción, y del discurso a la estrategia compartida. Las comunidades son lo más importante porque no hay turismo sostenible si no hay comunidades empoderadas. No hay experiencias auténticas si los protagonistas están al margen”, recalcó.

Y fue enfático al afirmar que, desde los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta hasta las cooperativas rurales en Perú o Guatemala, el turismo comunitario está demostrando que se puede crecer sin excluir, que se puede conservar generando ingresos, y que se puede recibir al mundo sin perder la esencia. “El reto ahora es escalar estas experiencias, integrarlas a las políticas públicas y garantizar que cuenten con apoyo técnico, financiero e institucional”, dijo.

Existe consenso respecto a los jóvenes y su rol protagonista en el turismo. Con tasas de desempleo alarmantes en muchos países, el turismo se presenta como un espacio natural para canalizar sus talentos, creatividad y deseos de contribuir. Pero para que eso ocurra, hay que derribar las barreras que hoy les impiden acceder a empleos formales, recibir formación pertinente o emprender con garantías. “Apostar por la empleabilidad juvenil en el turismo no es solo una cuestión económica es una inversión en cohesión social y futuro común”, anotó.

Según Casado, en las últimas décadas, el turismo se consolidó como una de las principales fuerzas económicas de la región iberoamericana, un generador de empleo, dinamizador de economías locales y embajador natural de la riqueza cultural y ambiental de nuestros países.

Dijo que los desafíos de hoy son otros, y con ellos, también su papel en el futuro de la región. La pregunta ya no es si el turismo puede generar riqueza, sino cómo lograr que esa riqueza sea sostenible, inclusiva y duradera. “En otras palabras, cómo hacer que el turismo no solo crezca, sino que evolucione. Desde CEIB, lo tenemos claro: el turismo iberoamericano debe emprender un itinerario hacia la competitividad sostenible. Un trayecto que no es lineal ni automático, pero sí ineludible, y que requiere una transformación profunda en la forma en que concebimos, planificamos y gestionamos este sector”, aseveró.

El itinerario del cambio tiene varias estaciones. La primera pasa por equilibrar la rentabilidad con los impactos sociales, culturales y ambientales del turismo. “No podemos ignorar que, en muchos destinos, la masificación y la falta de planificación han puesto en riesgo lo que precisamente hace únicos a esos lugares. La sostenibilidad no puede ser un apéndice: debe ser el eje. La segunda estación es la innovación, tanto tecnológica como social. No basta con digitalizar procesos o modernizar infraestructuras, hay que transformar la experiencia del turismo desde dentro, involucrando activamente a las comunidades, utilizando herramientas como la inteligencia artificial e internet para optimizar recursos, crear conexiones más humanas y auténticas entre visitantes y territorios”.

La tercera estación es el diálogo. Porque nada de esto será posible si no existen espacios donde las voces se escuchen, las ideas se debatan y las decisiones se construyan de manera compartida. Por eso nace el Foro Iberoamericano de Turismo: como una plataforma para que el sector público, el privado, la academia, las comunidades y las organizaciones multilaterales puedan sentarse a la misma mesa y diseñar juntos el futuro del turismo en la región.

El turismo iberoamericano tiene una oportunidad única. No solo para consolidarse como motor económico, sino como un laboratorio de soluciones a los grandes desafíos de nuestro tiempo: el cambio climático, la inclusión, la transformación digital y la recuperación del tejido social. “Pero para lograrlo, debemos asumir que el camino hacia la competitividad sostenible se construye paso a paso, de forma colectiva, con la convicción de que un turismo transformador y de impacto no es una aspiración, sino una necesidad estructural para nuestros países”, puntualizó.


Con importantes insumos, estrategias y una hoja de ruta definida finalizó ayer en Santa Marta el II Foro Iberoamericano de Turismo, el cual convocó a más de 650 empresarios, líderes juveniles, representantes de los distintos actores de la cadena productiva relacionada con la ‘industria sin chimeneas’ y expertos invitados de 22 países. En su intervención, […]


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Fecha de Publicación: jueves, 15 de mayo del 2025


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