Aunque las ventas no cumplieron las expectativas, muchos comerciantes rescatan enseñanzas y mantienen viva la esperanza.
El mes de mayo se fue sin dejar las ganancias que muchos comerciantes del Mercado Público de Santa Marta esperaban. El Día de las Madres, tradicionalmente fuerte en ventas, no logró impulsar los ingresos como en otros años. Aun así, en medio de las dificultades, varios de ellos resaltan las lecciones y la persistencia que los mantiene en pie.
Lili Canaya, quien vende calzado y ropa, lo resume con sinceridad: “No me dejó ganancias. Este año el clima tampoco ayudó y eso afecta todo”. En el plano personal, dice que mayo pasó sin eventos memorables: “Nada que me haya marcado, como otros años”.
Para Danilo, otro comerciante del lugar, el panorama también fue complejo. “Está duro, demasiado duro… pero hay que luchar todos los días”. Vive de lo que produce en la calle, sin ayudas: “Nos toca a nuestra manera. Con la bendición de Dios, nos va bien”.
John Ney Torres también lo define en una sola palabra: “pesado”. Aunque no tuvo grandes experiencias personales, agradece seguir trabajando y resistiendo en un entorno complicado.
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Ana Bello, vendedora de jugos, da un giro más optimista. “Mayo fue bueno en aprendizajes. Todos los días se aprende algo nuevo”. Aunque las metas aún son modestas, para ella el mes de las madres dejó una sensación positiva: “Es un mes especial y eso se nota en lo que uno vive”.
#Distrito | Comerciantes del Mercado Público relatan un mes de mayo difícil en ventas https://t.co/T1PYPR0wSV pic.twitter.com/G0CnEVDc7q
— El Informador Santa Marta (@ElInformador_SM) May 31, 2025
Entre la lucha diaria, las ventas impredecibles y el esfuerzo constante, mayo se fue dejando más enseñanzas que dinero. Pero en cada puesto, entre frutas, zapatos y jugos, los comerciantes siguen firmes, con la fe intacta y la mirada puesta en un junio mejor. El mes de mayo se fue sin dejar las ganancias que muchos comerciantes del Mercado Público de Santa Marta esperaban. El Día de las Madres, tradicionalmente fuerte en ventas, no logró impulsar los ingresos como en otros años. Aun así, en medio de las dificultades, varios de ellos resaltan las lecciones y la persistencia que los mantiene en pie.
Lili Canaya, quien vende calzado y ropa, lo resume con sinceridad: “No me dejó ganancias. Este año el clima tampoco ayudó y eso afecta todo”. En el plano personal, dice que mayo pasó sin eventos memorables: “Nada que me haya marcado, como otros años”.
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Para Danilo, comerciante de toda la vida, el panorama también fue complejo. “Está duro, demasiado duro… pero hay que luchar todos los días”. Vive de lo que produce en la calle, sin ayudas: “Nos toca a nuestra manera. Con la bendición de Dios, nos va bien”.
John Ney Torres también lo define en una sola palabra: “Pesado”. Aunque no tuvo grandes experiencias personales, agradece seguir trabajando y resistiendo en un entorno complicado.
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Ana Bello, vendedora de jugos, da un giro más optimista. “Mayo fue bueno en aprendizajes. Todos los días se aprende algo nuevo”. Aunque las metas aún son modestas, para ella el mes de las madres dejó una sensación positiva: “Es un mes especial y eso se nota en lo que uno vive”.
Entre la lucha diaria, las ventas impredecibles y el esfuerzo constante, mayo se fue dejando más enseñanzas que dinero. Pero en cada puesto, entre frutas, zapatos y jugos, los comerciantes siguen firmes, con la fe intacta y la mirada puesta en un junio mejor.