Cada tercer domingo de junio, el Día del Padre se convierte en una ocasión para rendir homenaje a quienes ejercen un excelente rol paternal. 

Su origen se remonta a 1910, cuando Sonora Smart Dodd propuso la creación de una jornada para honrar a su padre, un veterano de guerra que crio a sus hijos solo. La fecha se oficializó en EE.UU. en 1972 y fue adoptada por varios países de América Latina, entre esos, Colombia.

Hoy en día, los padres ya no solo son los que ‘traen el dinero a casa’, por el contrario, muchos padres se esmeran por dar una buena crianza y la presencia constante en la vida de sus hijos es algo más importante y valioso.

Pero, por otra parte, el Día del Padre también se ha convertido en una oportunidad para el consumo. De acuerdo con indicadores económicos, las ventas por esta conmemoración crecen cada año en comparación con el anterior.

Pero, cabe aclarar que el objetivo principal de esta fecha es reflexionar sobre el significado real de la misma. Hoy se celebra a los buenos padres; esos que han tenido una forma positiva de criar, los que han estado presentes y disponibles emocionalmente e involucrados de verdad en la vida diaria de sus hijos. 

La labor de un buen padre es algo que merece reconocerse no solo un día, sino todos los días.

Uno de esos padres de familia entregados a su familia es Oscar Andrés Tapia Lara, quien desempeña la labor de winchero de la Sociedad Portuaria de Santa Marta. En entrevista con EL INFORMADOR, Tapia Lara expresó que tiene dos hijos que son ‘la luz de sus ojos’ y se llaman Sahory Catalina de 12 años y Juan Esteban de un año y seis meses de nacido.

“Después de convertirme en padre, me he transformado en una persona con una visión más amplia de la vida aplicando enseñanzas de errores antes cometidos que me han llevado a mejorar. Hoy soy alguien más comprometido, con una mayor capacidad de empatía y con un sentido de responsabilidad que trasciende lo personal. Ser papá me ha servido y me ha permitido crecer como ser humano y encontrar motivación para la formación y bienestar de mis hijos que se encuentran en procesos de aprendizaje para afrontar la vida”. Expresó Oscar Tapia.

Además, agregó que, “el principal reto que he tenido como padre ha sido armonizar mis responsabilidades profesionales con el tiempo y atención que requieren mis hijos. La paternidad implica saber tener un equilibrio constante entre proveer lo necesario y estar emocionalmente presente. Aprender a gestionar ambos aspectos de manera coherente”.

Por otro lado, se le pregunto a Oscar que era lo que más disfrutaba de ser padre, y el contestó que, “Disfruto profundamente del vínculo que se construye día a día con mis hijos; su confianza, su afecto genuino, y la oportunidad de acompañarlos en sus aprendizajes. Ser testigo de su desarrollo y poder, orientar e influir positivamente en su crecimiento es, sin duda, una de las experiencias más gratificantes de mi vida”.

A esto, agregó que, “mi consejo para ellos sería que vivan con integridad, que valoren la educación y que cultiven el respeto por los demás. Les diría que enfrenten los desafíos con valentía, que aprendan de cada experiencia sea buena o mala y que siempre actúen con honestidad y empatía, porque esos principios les abrirán caminos sólidos en la vida”.

Oscar Andrés Tapia Lara finalizó diciendo que, “hoy en día cada decisión que tomo está guiada por el deseo de construir un futuro estable y lleno de oportunidades para mis hijos. La paternidad ha sido un punto de inflexión que me impulsa a evolucionar personal y profesionalmente”.

Y recalcó que se esfuerza cada día por ser un ejemplo para sus hijos, y que por medio de las enseñanzas que les puede brindar, ellos puedan ver, analizar e identificar cuáles son las mejores decisiones para sus vidas. “No solo soy padre también soy tío y espero que mis enseñanzas y el ejemplo que les doy a mis hijos también sean motivos de enseñanza para mis demás familiares”.