El corregimiento de Palermo, en el municipio de Sitionuevo, Magdalena, vivió la noche del sábado una de las jornadas más violentas de su historia reciente. Un comando armado irrumpió con fusiles y ráfagas de fuego en el establecimiento conocido como Billares El Líder, dejando un saldo desgarrador de dos muertos y seis heridos, en lo que las autoridades han calificado como una acción coordinada por estructuras criminales que se disputan el control territorial del Caribe colombiano. Casi que al mismo tiempo, en un punto no muy distante de ese lugar, una pareja era atacada a bala, los dos murieron.

Según versiones recogidas en el lugar de los hechos, los sicarios llegaron en motocicletas y dispararon sin piedad contra los presentes. La escena, bañada en sangre y confusión, sembró el pánico en toda la comunidad. Entre las víctimas mortales se encuentran Marlon José Pertuz Gutiérrez, oriundo del municipio de Remolino, Francisco de Jesús Guzmán Cantillo y por otra parte la pareja asesinada fue identificada como Zoraida Atencio Sierra y su pareja sentimental, cuya identidad no había sido revelada oficialmente.

ASÍ PASÓ

Las autoridades de Policía señalaron que mientras el atentado en los billares ocurría, otra pareja era asesinada en otro punto del corregimiento, lo que ha llevado a los investigadores a analizar la posibilidad de un plan sincronizado. “Podría tratarse de una acción deliberada para sembrar el terror y marcar territorio”, indicó una fuente de la Policía Nacional.

CONFLICTO ENTRE BANDAS

La hipótesis más sólida que manejan las autoridades es que el ataque está relacionado con la guerra entre ‘Los Carperos’ y el Clan del Golfo, también conocidos como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). Ambas estructuras criminales se disputan el control del narcotráfico, las extorsiones y las rutas estratégicas sobre la Troncal del Caribe, una zona históricamente caliente por su ubicación geográfica.

Esta no es una escena aislada. Según cifras del Observatorio de Seguridad del Magdalena, en lo corrido del año se han registrado más de 120 homicidios violentos en el departamento, muchos de ellos con signos de ajuste de cuentas entre bandas. Solo en Sitionuevo, los asesinatos han aumentado un 40% en comparación con 2024, marcando un retroceso alarmante en materia de seguridad pública.

LOS HERIDOS Y TOQUE DE QUEDA

Los seis heridos fueron trasladados de urgencia, algunos en vehículos particulares, hasta centros asistenciales locales y clínicas de Barranquilla. Uno de ellos, Luis Miguel Rodríguez De la Rosa, presenta antecedentes judiciales según el Sistema Penal Acusatorio (SPOA), lo que refuerza la tesis de que el ataque no fue indiscriminado, sino dirigido.

Tras el ataque, el corregimiento fue declarado bajo toque de queda, una medida que llegó tarde para evitar la tragedia. Testigos aseguraron que horas antes del atentado, hombres no identificados habían ordenado el cierre anticipado de los comercios, presagiando lo que sería una noche sangrienta.

OPERATIVOS

La Policía Metropolitana de Santa Marta, el Ejército Nacional y el CTI de la Fiscalía desplegaron un operativo en la zona, pero hasta el cierre de esta edición no se reportaban capturas. La comunidad permanece en vilo, encerrada, vigilante, y sobre todo, asustada.

VIOLENCIA CRIMINAL

El departamento del Magdalena se ha convertido en un nuevo epicentro del conflicto criminal. A pesar de operativos  y estrategias de seguridad y la presencia militar en puntos claves, los grupos armados han logrado consolidar rutas y zonas de influencia en municipios como Plato, El Banco, Ciénaga y Sitionuevo, donde la extorsión, el sicariato y el tráfico de drogas son moneda corriente.

La guerra entre bandas no solo cobra vidas, también impone miedo, silencia comunidades y sepulta cualquier intento de desarrollo en zonas rurales y apartadas. Palermo no solo llora a sus muertos, sino que teme por los vivos. Porque en esta parte del sur del Magdalena, la muerte no avisa: llega en moto, dispara y huye.

La Policía Metropolitana dijo que es evidente la guerra entre el Clan del Golfo que es considerada como la organización criminal más grande del país, con presencia activa en el Magdalena,  La Guajira Cesar y Antioquia y otras zonas

Por su parte, Los Carperos, es una banda local que opera en el sur  y  norte del Magdalena, especialmente en municipios como Sitionuevo, controlando rentas ilegales similares a las del Clan del Golfo. Están en expansión en corredores rurales estratégicos y enfrentados al dominio del Clan .

La violencia actualmente presente en zonas como Palermo (Sitionuevo) no es aleatoria. Se trata de una guerra de control territorial, en la que se buscan rutas estratégicas para el tránsito de cocaína y armamento. Se realiza limpieza de “infiltrados” mediante asesinatos selectivos

Actualmente, las autoridades estiman que las masacres se utilizan como mecanismo de intimidación social y estrategias de poder: imponer presencia y establecer dominios, lo que explica el alarmante ritmo de un homicidio múltiple por semana .