Según reportaron, los sectores más afectados son el Centro Histórico, Los Cocos y varios puntos de El Rodadero, donde las aguas residuales se han convertido en un problema permanente para transeúntes, visitantes y establecimientos de comida, entretenimiento y hotelería.

La situación, que se arrastra desde hace meses, provoca fuertes olores, riesgos sanitarios y condiciones que dificultan la operación normal de restaurantes, bares y hoteles, golpeando directamente la llegada de clientes y la economía del sector.

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Desde el Comité Intergremial y ACODRÉS Magdalena, se elevó una exigencia a la Alcaldía Distrital, a ESSMAR y a sus operadores, para que adopten medidas inmediatas y definitivas que permitan superar esta problemática que afecta la imagen de la ciudad y su actividad turística.

“Es urgente que las autoridades implementen planes de contingencia realmente efectivos, que controlen los rebosamientos y garanticen condiciones adecuadas tanto para los visitantes como para quienes operan en el sector gastronómico, hotelero y de entretenimiento”, señaló Raúl García Rodríguez, presidente del Comité Intergremial del Magdalena.

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ACODRÉS Magdalena también reiteró que es inviable desarrollar actividades gastronómicas en medio de un escenario que compromete la salud pública, deteriora la reputación del destino y afecta el sustento de cientos de familias.

La denuncia recoge las reiteradas quejas de propietarios de negocios cercanos, quienes aseguran que las ventas han disminuido y que las pérdidas económicas se sienten con fuerza en meses que, tradicionalmente, representan uno de los períodos de mayor movimiento turístico.