Un grupo de mujeres líderes de Taganga restauró y pintó la escultura de la indígena Tayrona como parte de un proceso comunitario, pero la intervención generó rechazo por parte del hijo del escultor Héctor Lombana, quien denunció un atentado al patrimonio cultural.
Una fuerte polémica ha estallado en el corregimiento de Taganga tras la intervención no autorizada a la escultura de una indígena Tayrona, obra del maestro Héctor Lombana, que fue pintada por un grupo de mujeres líderes de la comunidad con la intención de “embellecer” el espacio público frente al mar.
La acción, liderada por Mayerlin, presidenta de la Junta de Acción Comunal, ha sido defendida como una iniciativa comunitaria para recuperar el malecón y realzar la identidad cultural local. Según explicó, junto a otras lideresas y asociaciones del corregimiento, decidieron restaurar y pintar la escultura, que se encontraba visiblemente deteriorada y sin un color definido.
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“Esta escultura, cuando llegó, ya estaba envejecida, sin vida. Así como nosotras las mujeres nos arreglamos, quisimos darle una nueva imagen, desde el respeto por nuestras raíces indígenas”, explicó Mayerlin. Añadió que no recibieron apoyo de actores económicos ni institucionales, y que el trabajo fue financiado con recursos propios como parte de un esfuerzo por cambiar la imagen de Taganga a nivel nacional e internacional.
No obstante, esta intervención ha sido rechazada por Perseo Lombana, hijo del fallecido escultor Héctor Lombana, quien calificó el acto como un atentado contra el patrimonio cultural de la ciudad. “No estoy de acuerdo. La obra pública no es un lienzo para que particulares expresen su arte. Esto no puede pasar sin autorización ni criterio técnico”, manifestó en entrevista con EL INFORMADOR.