En una decisión sin precedentes por su contundencia, la jueza Primera Penal del Circuito Especializado de Santa Marta, Ana Joaquina Cormanes Goenaga, condenó a Luis Emiro Cuesta Abadía, conocido como ‘El Chocoano’, a 60 años de prisión por la masacre de su excompañera sentimental y los dos hijos de ella, en hechos ocurridos el 24 de mayo de 2022 en el sector Altos de Bahía Concha, al oriente de la capital del Magdalena.

La sentencia, equivalente a 1.050 meses de cárcel, se convierte en una de las más altas impuestas en el país en los últimos años. Cuesta Abadía fue hallado culpable de dos feminicidios el de la madre, Emperatriz Itachi Linares Fernández, de nacionalidad venezolana, y el de su hija menor de 6 años, un homicidio agravado por la edad de la víctima un niño de 11 años, y el delito de tortura, dada la extrema crueldad con la que cometió el crimen.

“Se trató de un hecho atroz. Obligó a la madre a ver cómo asesinaba a sus hijos, y a los hijos a presenciar la muerte de su madre. Los fue matando uno por uno, haciéndolos sufrir al máximo”, declaró Ricardo Martínez Silva, abogado penalista y representante de las víctimas.

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El horror confesado

Durante una de las audiencias del proceso judicial, el propio Luis Emiro Cuesta relató, con frialdad y detalle, cómo se desencadenó la masacre: tras recibir la noticia de que su pareja quería terminar la relación, la atacó con un cuchillo. Los gritos de la mujer alertaron a sus hijos, quienes intentaron defenderla, pero fueron sometidos y luego asesinados con la misma arma blanca.

De acuerdo con los informes de Medicina Legal, ninguna de las víctimas murió de inmediato. El niño de 11 años, Miguel Alexander Díaz Linares, recibió 28 heridas cortopunzantes, y la niña, Jesibel Emperatriz Díaz Linares, fue asesinada al final, tras presenciar todo el ataque, sin oportunidad de huir.

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El caso conmocionó a la ciudad y al país, no solo por la crueldad de los hechos, sino por la frialdad con la que el responsable confesó los asesinatos. La jueza calificó el crimen como “brutal y abominable”, y enfatizó que la pena debía ser ejemplar para evitar que actos semejantes queden sin castigo severo.

Luis Emiro Cuesta cumplirá su condena en un centro carcelario de máxima seguridad.