Sin embargo, la separación legal no ha puesto fin a la disputa por el control de las compañías del reguetonero, El Cartel Records y Los Cangris Inc., cuyo litigio sigue en curso.

El proceso de divorcio se llevó a cabo el pasado 18 de febrero mediante una reunión virtual, luego de que la jueza Eva Soto, del Tribunal de Primera Instancia de Carolina, Puerto Rico, emitiera la orden el 31 de enero. La separación fue registrada bajo el término de “ruptura irreparable”, lo que implica no sólo la disolución del matrimonio, sino también la desvinculación laboral entre ambos.

A pesar de la oficialización del divorcio, el conflicto corporativo sigue abierto. Daddy Yankee impugnó la decisión del juez Anthony Cuevas, quien pretendía dar por finalizado el proceso legal entre la expareja, argumentando que aún falta información relevante sobre la administración de sus empresas.

El pleito comenzó en diciembre cuando el artista demandó a González y a su hermana por el presunto retiro de 100 millones de dólares de las cuentas empresariales sin su autorización. Como parte del proceso, se acordó que 75 millones de dólares quedarían inamovibles durante un mes, mientras que el resto del capital sólo podría ser utilizado con la aprobación de ambas partes para transacciones que superan los 100 millones de dólares.

Ante la controversia, a finales de enero, Daddy Yankee contrató una firma especializada en noseguridad bancaria para supervisar las finanzas de sus empresas. La semana pasada, el juez Cuevas determinó que Mireddys González y su hermana no estaban obligadas a presentarse a las declaraciones solicitadas por los abogados del cantante, argumentando que la información ya estaba documentada en la carta gerencial.

Aunque el divorcio ya es un hecho, el litigio por las compañías sigue sin resolverse, lo que podría prolongar la batalla legal entre ambas partes en los próximos meses.