Cada 20 de diciembre celebramos el Día Internacional de la Solidaridad Humana, una fecha que nos recuerda el poder que tiene la unión y el apoyo mutuo para hacer un mundo mejor.
Se trata de una fecha oficial promulgada por la Asamblea General de la ONU en 2005 a través de la resolución oficial 60/209, de 22 de diciembre de 2005.
Este día no es solo un símbolo, sino una llamada a la acción para todos. Todos podemos hacer algo bueno para construir un mundo más justo y solidario, y luchar juntos contra la pobreza. Porque la solidaridad no es solo un valor universal, es una herramienta imprescindible para alcanzar el bienestar de todos los pueblos.
Existe otra fecha en el calendario mundial relacionada con la solidaridad. El 31 de agosto se celebra el denominado Día Internacional de la Solidaridad, en honor al movimiento social polaco Solidaridad. Fue una de las agrupaciones responsables de la caída del muro de Berlín.
¿Cómo se originó el Día Internacional de la Solidaridad Humana?
Teniendo en cuenta que la solidaridad es considerada uno de los valores fundamentales en las relaciones internacionales en el contexto de la globalización para la construcción de una sociedad más equitativa, la Asamblea General de las Naciones Unidas promulgó en el año 2005 el Día Internacional de la Solidaridad.
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Además, con el objetivo de erradicar la pobreza y promover el desarrollo humano y social en los países menos industrializados, en particular entre los segmentos más pobres de sus poblaciones, la Asamblea General creó el Fondo Mundial de Solidaridad, en su resolución 57/265.
¿Qué es la Solidaridad?
La palabra solidaridad proviene del latín “solidus” que significa “solidario”. Es definida como un valor humano, sustentado en el apoyo a una causa o interés ajeno de manera voluntaria, imparcial y desinteresada, especialmente en situaciones de la vida cotidiana o de gran magnitud, como desastres naturales, guerras, movimientos de refugiados.
En resumen, la solidaridad consiste en ayudar a otros que lo necesitan, sin esperar nada a cambio. La única retribución de la solidaridad es sumar pequeños gestos para lograr grandes cambios en la humanidad.
Destacamos algunos ejemplos de personas y organizaciones que han dejado una huella significativa a través de su solidaridad y apoyo incondicional con los menos favorecidos, impactando en el logro de la paz y el bienestar a nivel mundial:
Irene Sendler (1910-2008): conocida como el Ángel del Gueto de Varsovia fue una enfermera y trabajadora social polaca católica que salvó a más de 2.500 niños judíos del Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial, arriesgando su propia vida.
Mahatma Ghandi (1869-1948): fue un político, pensador y abogado hinduista indio que lideró una lucha pacifista para lograr la independencia de la India del dominio del Imperio Británico. Ayudó a las clases más pobres de La India y defendió la paz mundial.