Esta enfermedad se presenta a través de manchas blancas de distintos tamaños en varias partes del cuerpo, las cuales se denominan máculas.
El vitíligo es un trastorno autoinmune progresivo que afecta a la pigmentación de la piel. Este padecimiento se produce cuando el sistema inmunológico, por error, ataca los melanocitos, las células encargadas de producir pigmento, lo que provoca una pérdida de la melanina en la piel. Aunque no representa una amenaza para la vida, sus consecuencias psicosociales son considerables, ya que quienes lo padecen suelen enfrentar estigmatización y discriminación.
Según la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), el vitíligo afecta al 2% de la población mundial, lo que equivale a más de 150 millones de personas, aunque se reconoce que hay un subregistro de casos. En México, más de un millón de personas viven con esta enfermedad, ubicándose entre las tres y cinco principales dermatosis en el país.
Para sensibilizar a la población y fomentar la conciencia sobre el vitíligo, cada 25 de junio se conmemora el Día Mundial del Vitíligo, una fecha propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este día tiene como objetivo promover la empatía y erradicar la discriminación social hacia quienes lo padecen.
Las manchas pueden aparecer en lugares como los ojos, oídos, cara, codos, rodillas, axilas, manos, pies e incluso en los folículos capilares, haciendo que el cabello se vuelva blanco. La extensión y severidad varían según la persona.
En aproximadamente el 20% de los casos, el vitíligo tiene un componente hereditario. Generalmente, los síntomas comienzan a manifestarse antes de los 20 años o después de los 50.
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Diagnóstico y tratamiento:
El diagnóstico del vitíligo se realiza mediante un examen físico de la piel, complementado con el historial médico del paciente y, si es necesario, pruebas adicionales como análisis de sangre o biopsias cutáneas para descartar otras enfermedades autoinmunes.
Aunque no existe cura para el vitíligo, los tratamientos pueden incluir medicamentos y fototerapia para intentar restaurar el tono de la piel, aunque los resultados son variables y temporales. También se pueden realizar intervenciones quirúrgicas, como injertos de piel o trasplantes de células sanas, aunque no se garantiza que la enfermedad no reaparezca.
Una complicación importante para quienes padecen vitíligo es que las áreas sin pigmento no cuentan con la protección natural contra el sol, lo que las hace más propensas a quemaduras. Por ello, es recomendable que los pacientes utilicen bloqueador solar en las zonas despigmentadas y eviten la exposición al sol durante las horas de mayor intensidad.
Aunque no se puede prevenir el vitíligo, es importante estar alerta a las primeras manchas y consultar a un médico para obtener un diagnóstico temprano.