Santa Marta continúa escribiendo su historia en el año de su quinto centenario, esta vez con un gesto cargado de humanidad y justicia social. En el tradicional Parque San Miguel, fue instalado el primer columpio inclusivo de la ciudad y del departamento del Magdalena, un espacio diseñado especialmente para personas que se movilizan en silla de ruedas.

Este columpio no es solo un juego: es un mensaje claro de que la ciudad puede avanzar hacia una verdadera inclusión. La iniciativa nace del corazón de Raúl Novoa Santos, gestor cultural samario con discapacidad física, quien se moviliza con prótesis y muleta, y quien decidió no esperar a que el cambio llegara, sino construirlo.

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Con sensibilidad social y recursos propios, Raúl logró materializar un proyecto que convierte el ocio en un derecho accesible para todos. Inspirado en la visión de inclusión que promueve el rector de la Universidad del Magdalena, Pablo Vera Salazar, este líder comunitario ofreció un regalo simbólico a la ciudad en su aniversario 500.

“El columpio es una forma de decirle a Santa Marta que todos tenemos derecho a jugar, a estar, a compartir el espacio público”, expresó Raúl, quien espera que este acto motive a más instituciones a seguir trabajando por una ciudad sin barreras.

En medio de las celebraciones históricas, este gesto humilde pero transformador se levanta como uno de los actos más significativos: una muestra de que crecer también significa ser más empáticos, solidarios y justos.

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