La parálisis promovida por el sindicato bananero incluye cierres de carreteras que han prácticamente aislado a la provincia oriental de Bocas del Toro.
Ciudad de Panamá (EFE).- El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo que la negociación de su Gobierno con el sindicato bananero, en huelga en rechazo a una reforma a la seguridad social ya vigente, es un “esfuerzo por salvar 7.300 empleos” directos del sector ante la posibilidad cierta de que la transnacional Chiquita cese su actividad en el país.
La huelga del sindicato bananero incluye cierres de carreteras que han prácticamente aislado a la provincia oriental de Bocas del Toro y afectado principalmente el área de Changuinola, donde Chiquita Panamá mantiene 26 fincas productivas, 21 propias y 5 independientes, según datos oficiales facilitados a EFE.
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La transnacional ya anunció que cerrará definitivamente una finca y un área adyacente equivalente a otras dos, así como una planta de empacado, tras aseverar que registra pérdidas de al menos 10 millones de dólares y de espacios en los mercados internacionales a causa de la huelga, que se ha prolongado por dos semanas.
En ese contexto, Mulino dijo este jueves que no ha ordenado a la fuerza pública “abrir Changuinola (…) para tratar de rescatar esa mesa de conversaciones” entablada esta semana con el liderazgo del sindicato “y salvar 7.300 plazas de trabajo” directo que genera la transnacional.