Desde este lunes, comenzará a funcionar de manera oficial la mesa de concertación del salario mínimo para el 2026, escenario que, como todos los años, contará con la participación tripartita de gobierno, empresarios y trabajadores, para definir una cifra que tiene grandes implicaciones de la economía colombiana.

Podría ser la misma rutina de todos los años, si no fuera porque este año hay varios ingredientes especiales: en primer lugar, estamos ad portas de un año electoral y el último en el poder de la administración Petro. Eso hace prever que el Gobierno querrá un aumento generoso, de por lo menos 10%, u 11%, como ya lo vaticino el ministro del Interior, Armando Benedetti.

Pese a la desconfianza que este pronóstico le provocó a los empresarios, ellos anunciaron ya que asistirán a la mesa a cumplir con su citada y a sentar su posición, como todos los años.

El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, saliendo al paso a las declaraciones de Benedetti, aseguró que la discusión es “esencial para el bienestar de millones de trabajadores y sus familias” y se desarrollará en un ambiente de diálogo social y responsabilidad, con el propósito de lograr una mejora real en los ingresos de los trabajadores colombianos.

El Gobierno nacional ya ha anticipado que participará de la mesa con la intención de conseguir una mejora sustancial en los ingresos de los trabajadores. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo reiteró la importancia de que la negociación no se convierta en un conflicto ideológico.

“Esperemos que no sea una puja. Esperemos que sea una discusión muy sincera, con el corazón en la mano por parte de los empresarios, y con un sentido de responsabilidad con el país también, y de conciencia con sus derechos por parte de los trabajadores”. señaló Sanguino.

Además, el ministro también reveló que este año la discusión contará con el concepto de salario vital y móvil presentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en donde se especifican aspectos clave para que el salario mínimo garantice a los trabajadores acceder a una vida digna.

*Las diferencias*

Recientemente, Aliadas, gremio que reúne a pequeñas y medianas empresas, envió una carta al Ministerio de Trabajo en donde le reitera la importancia de que la fundición del salario mínimo de 2026 se base en evidencia técnica.

El llamado de Aliadas refleja la intención de la gran mayoría del empresariado de no dejar que cálculos políticos afecten una discusión que tiene un carácter técnico.

El presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, resaltó la importancia de que la discusión contemple criterios técnicos y económicos precisos, como la inflación y la productividad. Además, indicó que la decisión sobre el salario mínimo debe de ser el resultado de un acuerdo, buscando priorizar los ingresos para los trabajadores y proteger al sector productivo nacional.

“Tenemos la responsabilidad nosotros de tomar una decisión responsable, que tenga en cuenta, por supuesto, el poder adquisitivo de los trabajadores, que tenga en cuenta la capacidad que tenemos para poder ofrecerle a Colombia y a los colombianos mayores y mejores ingresos y que tenga en cuenta también las otras variables que eventualmente son las que de alguna forma definirán el beneficio general”, dijo el presidente de la ANDI.

Los comentarios del empresariado Colombiano se centran en dos datos clave, la inflación y productividad, insumos que serán determinantes para concretar el aumento final al salario mínimo.

Según los últimos datos presentados por el DANE, para el tercer trimestre de 2025 la productividad llegó a 0,91%, a falta de las cifras de inflación, los empresarios cuentan con insumos para presentar una cifra oficial que se aleje de los dos dígitos planteados por los trabajadores.

Por otro lado, el presidente de la CUT, Fabio Arias, previó que será difícil lograr concertación en la discusión del salario mínimo, pues los sindicatos insistirán en que el incremento llegue a las dos cifras, rondando el 11%.

“Ellos no van a estar de acuerdo con un incremento en ninguna oportunidad de dos dígitos. Y lo más determinante para que no vaya a haber acuerdo es que ellos (los gremios) están en una oposición radical e irracional al Gobierno, de tal manera que no se espera ninguna voluntad, ningún ánimo en la mesa de concertación por parte de ellos”, alertó Fabio Arias.

*El salario mínimo, piedra angular de la informalidad*

Oliver Pardo, director del Centro Javeriano de Competitividad, advirtió que un incremento muy alto en el salario mínimo, como el que prevén el gobierno y los sindicatos, terminará llevando a un aumento en la informalidad, que desde hace años tiene niveles alarmantes.

“La discusión sobre el salario mínimo afecta a todos los colombianos, particularmente aquellos que ganan apenas un salario mínimo que es el 15% de los trabajadores y los que ganan menos de un salario mínimo, que es el 45% de los trabajadores. Para los que ganan exactamente un salario mínimo y no pierden su empleo el aumento del salario mínimo siempre va a ser mejor para ellos. Para los que ganan un salario mínimo y pierden su empleo o pasan a la informalidad como consecuencia de ese aumento, pues naturalmente saldrían perjudicados, pero muy seguramente es una proporción minúscula”, enfatizó Oliver Pardo.

“El gran problema es para ese 45% de personas que ganan menos de un salario mínimo. Mientras mayor sea el aumento del salario mínimo menor es la probabilidad de que ellos puedan transitar desde un trabajo informal mal remunerado a un trabajo formal donde ganen al menos el salario mínimo”, añadió.

Pardo advirtió que en la última década los aumentos en el salario mínimo han aumentado las brechas que existen en el mercado laboral colombiano, pues las personas que están en la informalidad y ganan en muchos casos menos de un salario mínimo, antes obtenían en promedio unos 0,9 salarios mínimos mientras que ahora reciben 0,7 salarios mínimos.

BOGOTÁ, (Colprensa).-