Santa Marta ofrece otra postal encantadora donde la floración urbana dialoga con el mar y la historia portuaria.
Desde lo alto, Santa Marta regala una vista singular: la floración vibrante de la acacia roja se roba el protagonismo en medio de un cielo nublado. Aunque no crece al borde del mar, su presencia se integra visualmente al paisaje costero, combinándose con las palmeras, los techos coloniales y el dinámico puerto.
Esta escena cotidiana resalta la armonía entre lo natural y lo urbano en la ciudad que celebra 500 años de historia frente al Caribe.
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