Site logo

Archivos

La cultura cívica en Santa Marta: una deuda con el progreso urbano

La cultura cívica en Santa Marta: una deuda con el progreso urbano


Martes 17 de Junio de 2025 – 5:00pmPor Mariana Teresita Sanabria Fernández*
Santa Marta, una ciudad de incomparable belleza natural en la costa Caribe colombiana, enfrenta una paradoja profunda: mientras se proyecta como un destino turístico privilegiado, sus niveles de cultura cívica dejan mucho que desear. Un reciente estudio realizado por la plataforma Preply y citado por El informador (2024), posiciona a Santa Marta como la ciudad más maleducada de Colombia, seguida por Bogotá y Cali, Esta clasificación se basa en la percepción de sus propios habitantes sobre la convencionales, el respeto por el espacio público y el cumplimiento de normas básicas de comportamiento ciudadano.
A pesar de su potencial turístico y ambiental, Santa Marta se enfrenta a una barrera invisible pero poderosa: la falta de una cultura cívica sólida que acompañe su desarrollo urbano. La cultura cívica se refiere a las actitudes, valores y comportamientos que promueven la convivencia armónica y el respeto por lo común. Esto incluye desde no arrojar basura en la calle, hasta respetar las señales de tránsito, cuidar de los espacios públicos, y participar en decisiones colectivas que afectan a la ciudad.
En el caso samario, estas prácticas están gravemente debilitadas. El informe señala que esta percepción de “mala conducta” no es impuesta desde afuera, sino reconocida internamente por sus ciudadanos. Este reconocimiento demuestra un ejercicio de autocrítica, pero también una señal clara de que la preocupación por el futuro de la ciudad es real y creciente.
Uno de los problemas más evidentes que refleja esta falta de cultura cívica es el estado del sistema de acueducto. Durante décadas, Santa Marta ha sufrido graves deficiencias en el suministro de agua potable. A pesar de que se han anunciado planes para modernizar esta infraestructura, muchos ciudadanos temen que incluso si se ejecutan, podrían deteriorarse rápidamente por el mal uso, el vandalismo o la falta de mantenimiento básico. Esto no solo retrasa el avance en servicios públicos esenciales, sino que también genera desconfianza frente a las instituciones.
Además del tema del agua, los espacios públicos como parques, playas y calles muestran signos constantes de deterioro por la falta de apropiación ciudadana. Es común ver basura en las playas, muros rayados con grafitis poco respetuosos, zonas verdes descuidadas y comportamientos que van desde botar desechos en la calle hasta irrespetar normas mínimas de convivencia.
Estas acciones, aunque parezcan menores, dificultan el desarrollo de proyectos urbanos sostenibles y frenan el progreso turístico, económico y social de la ciudad. El problema, por tanto, no se reduce únicamente a la falta de inversión estatal o gestión institucional. Existe una razón cultural más profunda que impide que los esfuerzos por mejorar la calidad de vida se consoliden.
¿De qué sirve renovar calles, instalar alumbrado moderno o construir nuevas rutas de transporte si los ciudadanos no sienten pertenencia o compromiso con su ciudadano? La ausencia de cultura cívica cancela, en la práctica, cualquier intento de modernización. Superar esta realidad implica una transformación a largo plazo que debe empezar desde la base: una educación que enseñe y refuerce el valor de lo colectivo, campañas sostenidas de concienciación ciudadana, y un gobierno  local comprometido con hacer cumplir normas, sin privilegios ni excepciones. También es fundamental que los medios de comunicación sigan visibilizando estos temas, no para señalar culpables, sino para generar presión social y exigir cambios reales.
Santa Marta tiene todo para ser un ejemplo nacional: historia, paisajes, riqueza cultural y ubicación privilegiada. Pero ninguna de estas virtudes será suficiente si no se construye, desde lo cotidiano, una cultura cívica que respalde y proteja lo que se quiere mejorar. La tarea es urgente. Sin ciudadanos comprometidos y responsables, no hay ciudad que pueda avanzar con paso firme hacia el desarrollo que merece.
Referencias: Los grandes ausentes de Santa Marta: Cultura ciudadana y programas sociales. (n.d.). El Informador. https://www.elinformador.com.co/index.php/mas/santa-marta-rumbo-a-los-50…

* Mariana es estudiante de 11 grado del colegio Bureche School. Tiene 16 años. 
santa marta 500 añosla samariaOpinión de una estudiante en Santa Marta, a propósito de los 500 años. Visible: SíLeodiazgranados


Autor:

Fecha de Publicación: lunes, 16 de junio del 2025


Ver noticia completa