Por: Juan Mozo De Lima
Redactor de EL INFORMADOR 

Según representantes de Undeco, las nuevas medidas podrían resultar en despidos masivos, incremento de la informalidad laboral y el cierre de muchas empresas, afectando gravemente al empleo en el país.

La reciente reforma laboral, que busca mejorar las condiciones de los trabajadores, está generando una creciente preocupación entre los pequeños empresarios del país. A pesar de que las reformas son, en principio, una herramienta para transformar y mejorar las condiciones laborales, expertos señalan que, si no se concerta adecuadamente entre todos los sectores, las consecuencias para las pequeñas empresas podrían ser devastadoras.

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En particular, sectores como la restauración, el entretenimiento y la seguridad nocturna se verían gravemente afectados. Pequeños negocios, como bares, restaurantes y discotecas, que emplean entre cinco y diez personas, podrían verse obligados a reducir su personal debido a los nuevos requerimientos laborales, lo que llevaría a un aumento del desempleo y la informalidad, que ya afecta a más del 60% de la fuerza laboral del país.

“Las reformas no son malas por sí mismas, pero no podemos mejorar las condiciones a costa de acabar con las empresas. Si no hay empresas, no hay empleo”, comentó Luis Fernando Sánchez, presidente de Undeco en dialogo con EL INFORMADOR. 

Según él, el nuevo esquema de contratación de aprendices del Sena, con salario integral y otros beneficios, podría convertirse en una carga para las pequeñas empresas, que ya enfrentan dificultades por los altos costos operativos y la inflación.

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La situación se complica aún más con los altos costos de energía que afectan a la costa del país, sumado al impacto de las plataformas de supermercados que, según los empresarios, están saturando aún más el mercado local. Con un panorama económico difícil, las ventas en el comercio y la construcción han disminuido considerablemente, y los pequeños empresarios se encuentran entre la espada y la pared.

Undeco está tomando medidas preventivas, ofreciendo capacitaciones a sus afiliados y buscando formas de apoyarlos, aunque la incertidumbre persiste. El sector espera que las políticas gubernamentales se ajusten para evitar que el empleo formal y digno sea el más afectado por las reformas laborales. En este sentido, los pequeños empresarios están en una constante lucha por equilibrar las medidas sociales con la viabilidad económica de sus negocios.

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Si las ventas siguen cayendo y los costos siguen aumentando, el panorama para el comercio local se ve cada vez más sombrío. En este contexto, la reforma laboral será un factor clave para determinar si las pequeñas empresas logran sobrevivir o si muchas de ellas se ven obligadas a cerrar, incrementando la informalidad y el desempleo en el país.