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Más de 26.000 niños se formarán como guardianes del mar

A través de un programa de educación ambiental liderado por la Fundación CIM Caribe y el Centro de Vida Marina, miles de niños y niñas han fortalecido su vínculo con los ecosistemas marinos, convirtiéndose en protagonistas de la conservación desde el territorio.


En Santa Marta la educación ambiental se consolida como una herramienta estratégica para asegurar la protección de los ecosistemas marinos a largo plazo. Desde finales de marzo de 2024, más de 26.000 niños y niñas han participado en procesos de sensibilización y aprendizaje sobre la vida marina en Santa Marta.

Este trabajo ha sido posible gracias a la articulación entre el Centro de Vida Marina y la Fundación CIM Caribe, con el acompañamiento de aliados locales, quienes han unido esfuerzos para acercar el conocimiento ambiental a las nuevas generaciones.

La iniciativa hace parte de Conectando Comunidades por la Conservación, el programa de educación ambiental de la Fundación CIM Caribe, que busca fortalecer la relación entre las personas y los ecosistemas marinos a través del conocimiento, la acción y la corresponsabilidad, con un énfasis especial en la niñez como agente de cambio.

 

Niños de escuelas públicas del distrito, en su visita al Centro de Vida Marina en el Rodadero. Foto Centro de Vida Marina
Niños de escuelas públicas del distrito, en su visita al Centro de Vida Marina en el Rodadero. Foto Centro de Vida Marina

Educación ambiental desde edades tempranas

Dentro de este marco surge Ecosistemas de Aprendizaje, una línea enfocada en educación ambiental dirigida a instituciones educativas y visitantes, desarrollada en alianza con el Centro de Vida Marina. El programa articula colegios públicos y privados, centros de ciencia y la comunidad turística, con un propósito común: sensibilizar sobre la importancia de conocer, valorar y proteger los ecosistemas marinos.

Gracias a su ubicación estratégica y al trabajo de un equipo interdisciplinario, el Centro de Vida Marina se convierte en un aula viva donde el aprendizaje ocurre a partir de la experiencia directa con la biodiversidad marina.

“Estos espacios permiten que los niños aprendan de forma sencilla sobre la vida marina y el cuidado de las especies.

Aquí pueden conocer e interactuar con la fauna en su entorno natural, no solo verla en televisión, y eso hace que el aprendizaje sea mucho más significativo”, señaló Enelfi Pérez, docente de la Institución Educativa Aluna.

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Un proceso educativo continuo y territorial

El proceso educativo se desarrolla a través de visitas pedagógicas programadas al Centro de Vida Marina, donde los niños y niñas reciben contenidos sobre biodiversidad marina, conservación y restauración de ecosistemas. A diferencia de acciones aisladas, el programa fue concebido como un proceso continuo de sensibilización.

Cada experiencia se adapta a las características de las comunidades y de los grupos participantes, fortaleciendo el aprendizaje desde el contexto territorial y cultural de Santa Marta.

La convocatoria a las instituciones educativas se realiza de manera territorial y progresiva, fortaleciendo el voz a voz y generando un aumento sostenido en la demanda por parte de los colegios, que reconocen la necesidad de formar a sus estudiantes frente a los desafíos ambientales que enfrenta el océano.

 

Formar conciencia para proteger el mar

“Este programa está formando generaciones más conscientes. Cuando los estudiantes conocen los ecosistemas marinos y la diversidad de especies que los habitan, se genera un vínculo real con el mar. Esa apropiación es clave para su protección y representa un aporte muy importante para la ciudad”, afirmó Diana Tarazona, directora de Proyectos de la Fundación CIM Caribe.

El impacto del programa también se refleja en sus cifras. En 2025, más de 26.000 niños y niñas han participado en las actividades educativas desarrolladas desde marzo de 2024.

Este trabajo es posible gracias a la alianza entre la Fundación CIM Caribe, el Centro de Vida Marina y Taximarino, y tiene como meta a mediano plazo alcanzar a 56.000 estudiantes de los colegios distritales de Santa Marta.

 Aprender más allá de la visita

Como parte del crecimiento del programa, se avanza en el desarrollo de materiales educativos complementarios que los niños y niñas reciben durante las visitas, como cartillas sobre biodiversidad marina y técnicas reproductivas, en formatos impresos y digitales.

Estos recursos permiten extender el aprendizaje más allá del recorrido pedagógico y apoyar los procesos educativos en el aula, fortaleciendo la apropiación del conocimiento.

“Aprendí sobre los animales del mar y entendí que, si los cuidamos, ellos también nos cuidan. Me gustaron mucho los delfines y ahora quiero ayudar a mantener el mar limpio”, expresó uno de los niños participantes tras su visita al Centro de Vida Marina.

 
Comunidades que aprenden y conservan

En coherencia con la misión de Conectando Comunidades por la Conservación, el programa extiende sus acciones a otros actores del territorio, como cuidadores de playa, buzos, operadores turísticos y pescadores artesanales.

A través de talleres comunitarios, se fortalece una red de aprendizaje y corresponsabilidad ambiental que impulsa la conservación desde el territorio y promueve prácticas sostenibles.

Formar a las nuevas generaciones en el cuidado del mar es una apuesta por el futuro de Santa Marta, de Colombia y del planeta. Un esfuerzo sostenido que demuestra que cuando la educación ambiental se vive desde el territorio, el mar deja de ser paisaje y se convierte en una responsabilidad compartida.

 


A través de un programa de educación ambiental liderado por la Fundación CIM Caribe y el Centro de Vida Marina, miles de niños y niñas han fortalecido su vínculo con los ecosistemas marinos, convirtiéndose en protagonistas de la conservación desde el territorio.


Autor: [email protected] (Jorge Cabana)

Fecha de Publicación: martes, 23 de diciembre del 2025


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