Samuel David Carrillo Pereira, un joven futbolista de 17 años, falleció el pasado viernes 10 de octubre tras permanecer internado varios días en la Clínica de Blas de Lezo, en Cartagena, luego de ser alcanzado por una bala perdida. Su muerte se convirtió en un nuevo y doloroso reflejo de la violencia que afecta a la ciudad y que cobra la vida de jóvenes inocentes.
El hecho ocurrió la noche del domingo 28 de septiembre en el barrio Ceballos, donde Samuel residía con su familia. Según relataron sus allegados, el joven se encontraba frente a un establecimiento de comidas rápidas, esperando un pedido, cuando se produjo un ataque armado en el lugar. El blanco del atentado intentó huir corriendo hacia la dirección donde se encontraba Samuel, y en medio del tiroteo, una de las balas lo impactó por la espalda.
De inmediato, el adolescente fue trasladado a la Clínica de Blas de Lezo, donde fue intervenido quirúrgicamente y luego ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos pediátrica. A pesar de los esfuerzos médicos y del apoyo constante de su familia, Samuel no logró recuperarse. Su fallecimiento fue confirmado al mediodía del viernes.
“Tenía toda una vida por delante. Su familia luchó hasta el final con esperanza. Le conseguimos la sangre, nunca lo dejamos solo, pero no fue suficiente”, relató su madrina, visiblemente afectada.
Samuel era hijo único y una joven promesa del deporte local. Desde pequeño formó parte de la Escuela de Fútbol Toto Barrios, institución que, tras conocerse su deceso, compartió un sentido mensaje de despedida:
“Fue más que un compañero en la cancha: fue un amigo, un hermano, un ejemplo de alegría y pasión por el fútbol. Su recuerdo quedará grabado en cada entrenamiento, en cada gol y en cada sonrisa compartida. A su familia le enviamos toda nuestra fuerza, nuestro cariño y nuestras oraciones. Que Dios le conceda consuelo en este momento tan difícil”.
Vecinos, familiares y amigos del barrio Las Flores, en Ceballos, lo recuerdan como un joven alegre, disciplinado y con un notable talento para el fútbol. Su repentina muerte ha generado profundo dolor y consternación entre quienes lo conocieron.
La familia del joven pide justicia y que el caso no quede en la impunidad. La madre de Samuel, profundamente afectada, no ha podido brindar declaraciones a los medios. Según sus allegados, el adolescente era su única motivación diaria, su orgullo y razón de vida.