La empresa, intervenida por la Superservicios, responsabiliza ahora al Distrito y a Atesa por una deuda que impide la compra de una bomba necesaria para frenar la emergencia sanitaria.
En medio de una emergencia sanitaria que ya completa tres días, la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta (Essmar) reconoció que no cuenta con los recursos necesarios para adquirir la bomba que permitiría normalizar el sistema de alcantarillado y detener el rebosamiento de aguas residuales que afecta a sectores como Bellavista, Pescaíto, Los Cocos, El Prado y el entorno del Mercado Público.
Según el comunicado oficial emitido por Essmar, la solución a corto plazo depende del giro de recursos que adeudan tanto la Alcaldía Distrital como la empresa de aseo Atesa, los cuales, de acuerdo con la entidad, serían claves para financiar la compra del equipo de bombeo que se necesita con urgencia.
“Invitamos a la Alcaldía y a Atesa para que se nos unan en este esfuerzo, girando los recursos adeudados para poder financiar la compra de la bomba nueva y así poder superar la emergencia”, expresó el agente especial de Essmar, Erney Velásquez Torres.
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Una empresa intervenida, pero sin soluciones
Essmar se encuentra bajo intervención directa de la Superintendencia de Servicios Públicos desde 2021, en medio de cuestionamientos sobre su gestión y deficiencias en la prestación de servicios esenciales. Sin embargo, la situación actual demuestra que la intervención no ha logrado garantizar la operatividad mínima de un sistema que ya venía mostrando signos de colapso.
A pesar de que se activó un Plan de Emergencia y Contingencia (PEC) desde el lunes 7 de abril, las soluciones implementadas hasta ahora —como la reducción del servicio de agua potable y el uso de tractobombas— solo han servido para mitigar parcialmente los efectos del rebosamiento, sin resolver la raíz del problema.
Impacto directo en la comunidad
Mientras las instituciones se culpan mutuamente, los barrios afectados conviven con olores fétidos, presencia de aguas negras en las calles y riesgos sanitarios evidentes. En Bellavista, la situación ya genera preocupación por el aumento de mosquitos y enfermedades asociadas a la insalubridad.
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