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Pueblo Arhuaco recupera acceso al mar con entrega del predio

En un acto de profundo significado cultural y espiritual, la Agencia Nacional de Tierras (ANT), en conjunto con la Sociedad de Activos Especiales (SAE), hicieron la entrega oficial de las 227 hectáreas, representa un paso histórico en la recuperación del acceso al mar Caribe por parte de esta comunidad indígena y en la ampliación de su resguardo Katanzama.

El evento congrego a unas 200 personas, entre autoridades indígenas y miembros de la comunidad, quienes fueron testigos del retorno simbólico y físico del pueblo Arhuaco a su vinculo original con el mar Caribe.

Este acto se enmarca en los eventos conmemorativos por los 500 años de fundación de la capital del Magdalena, y representa un hito en la lucha por la restitución de tierras sagradas de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta.

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“El acceso al mar no es solo un derecho territorial, sino una necesidad espiritual y ceremonial. Nuestros mayores comenzaron este camino hace más de 15 años, y hoy lo vemos concretado. Con esta entrega, el presidente Petro le cumple al pueblo Arhuaco”, afirmó el cabildo gobernador Luis Enrique Salcedo Zalabata.

Territorio vivo y sagrado

Con esta entrega, se reafirma el cumplimiento de una de las directrices más relevantes del Gobierno Nacional en torno a la Línea Negra, el sistema que traza los límites espirituales de los pueblos Kogui, Wiwa, Kankuamo y Arhuaco. Para los Arhuacos, este territorio recuperado no es simplemente una franja costera, sino parte esencial del tejido espiritual que conecta la Sierra con el universo.

El acceso al mar Caribe fortalece la identidad cultural, espiritual y política del pueblo Arhuaco, que durante siglos fue desplazado hacia las montañas por la colonización, los intereses turísticos y las dinámicas del conflicto armado. Ahora, el mar vuelve a ser una extensión viva de la Sierra Nevada.

Reconexión espiritual
 
Históricamente, la franja costera fue arrebatada a los pueblos de la Sierra Nevada debido a la expansión de modelos turísticos y ganaderos, que fragmentaron el vínculo espiritual con el mar.

“Este es un territorio sagrado que conservaremos para el encuentro espiritual, los rituales y la vida en comunidad. Aquí ya hemos sembrado más de 15.000 árboles, y desarrollaremos cultivos que aseguren nuestra soberanía alimentaria. Queremos ejercer nuestro gobierno propio con respeto a la Madre Tierra”, aseguró Salcedo Zalabata.

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Un aspecto simbólico que resalta en esta entrega es el origen del predio. Los Acantilados fue incautado por el Estado a Diego León Montoya, alias “Don Diego”, uno de los jefes del narcotráfico colombiano. Al pasar a manos del pueblo Arhuaco, este bien se transforma de espacio de violencia y acumulación ilegal, en lugar de reconciliación, espiritualidad y soberanía alimentaria.

Así lo subrayó Amelia Pérez Parra, presidenta de la SAE:

“Este predio tiene una connotación especial porque fue incautado a un cabecilla del narcotráfico. Hoy, se entrega al pueblo Arhuaco, lo que representa un acto de justicia histórica y reparación simbólica, al transformar un bien ligado al crimen en un espacio de vida, espiritualidad y reconstrucción cultural”.

La entrega también se inscribe dentro de la implementación de la Reforma Agraria con enfoque étnico, orientada a garantizar que las comunidades indígenas puedan vivir y gobernarse conforme a sus propias prácticas, en equilibrio con su entorno natural.

“Este es un territorio sagrado que conservaremos para el encuentro espiritual, los rituales y la vida en comunidad. Aquí ya hemos sembrado más de 15.000 árboles, y desarrollaremos cultivos que aseguren nuestra soberanía alimentaria. Queremos ejercer nuestro gobierno propio con respeto a la Madre Tierra”, aseguró Salcedo Zalabata.

Compromiso con la ancestralidad

La ANT ha venido fortaleciendo su presencia institucional en la Sierra mediante la adquisición y adjudicación de predios clave para asegurar la armonía ambiental y territorial en la región. Con esta acción, se reconoce que el territorio indígena es mucho más que una porción de tierra: es un ser vivo que conecta el glaciar, la selva, la montaña y ahora, nuevamente, el mar.

La entrega de Los Acantilados representa no solo la recuperación física de un espacio, sino la reafirmación del alma de un pueblo que, pese al despojo, no ha perdido su conexión con el corazón del mundo.


En un acto de profundo significado cultural y espiritual, la Agencia Nacional de Tierras (ANT), en conjunto con la Sociedad de Activos Especiales (SAE), hicieron la entrega oficial de las 227 hectáreas, representa un paso histórico en la recuperación del acceso al mar Caribe por parte de esta comunidad indígena y en la ampliación de su resguardo Katanzama.


Autor: [email protected] (Rony Barrera)

Fecha de Publicación: lunes, 7 de julio del 2025


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