Un malestar en común es el sentimiento colectivo de los moradores de El Progreso, barrio situado entre la Avenida Ferrocarril y la calle 22, en donde un grupo selectivo de Rappitenderos están perturbando la tranquilidad de los residentes tras el consumo de sustancias psicoactivas.

De acuerdo con la comunidad el olor penetrante de la droga, está ocasionando que niños y adultos mayores no puedan sentarse en la puerta de sus casas, evitando la sensación de sentirse mareados y las náuseas que produce el contacto con esta sustancia psicoactiva.

“En las noches por lo general, un grupo de Rappitenderos se reúnen especialmente para fumar marihuana, práctica que tiene perturbada a la comunidad. Son insoportables los olores que se logran percibir y ya no aguantamos más”, dice un residente molesto del barrio El Progreso.

EL LLAMADO

Los residentes del barrio El Progreso hacen un llamado a las autoridades de control y movilidad, debido a que estos trabajadores de la empresa, dedicados al servicio de domicilios en la ciudad de Santa Marta, consumen esta sustancia, lo cual representa un riesgo que podría incrementar la ocurrencia de siniestros viales.