Alcaldía decreta la calamidad pública
El Gobierno distrital declaró la calamidad pública para poder enfrentar la emergencia que se vive desde el domingo, y donde se estima que hay más de 15 mil personas damnificadas.
Ante la magnitud de los daños provocados por el torrencial aguacero del domingo, la administración distrital declaró la calamidad pública específica para este evento, durante una sesión extraordinaria del Consejo Distrital de Gestión del Riesgo. La medida, respaldada por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). Ello permite acelerar la contratación y ejecución de acciones de respuesta para las comunidades afectadas.
“Con esta declaratoria, podremos contratar maquinaria amarilla adicional para evacuar el lodo, garantizar el suministro de agua potable mediante carrotanques y, sobre todo, acompañar con presencia institucional a las familias afectadas hasta que retornemos completamente a la normalidad”, explicó Álex Velásquez, director de la Oficina para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático.
Durante la sesión, el alcalde Carlos Pinedo Cuello fue enfático: “Bajo ninguna circunstancia voy a permitir que ningún secretario se vaya a mover de su puesto de trabajo. Tienen que estar en el terreno, donde está la gente, donde está el problema. Esta administración va a dar la cara, va a estar presente y va a resolver”.
Tres días después del fuerte aguacero que dejó como saldo más de 60 barrios afectados, la administración distrital, en articulación con su gabinete y organismos de socorro, continúa con las labores de recolección de lodo, sedimentos y material arrastrado por las escorrentías, como parte del plan de atención a la emergencia.
De acuerdo con el balance del Distrito, en el barrio San Fernando, uno de los más golpeados, se han removido más de 150 metros cúbicos de sedimento rocoso, producto del deslizamiento del cerro, que había generado taponamientos en el sector.
En ese sentido, la operación de limpieza ha sido clave para recuperar la transitabilidad, la limpieza y la reducción de riesgos para prevenir represamientos en caso de nuevas lluvias.
La maquinaria amarilla también ha sido desplegada en sectores como Bastidas, Nacho Vives, La Lucha y Juan XXIII, donde cuadrillas de operarios trabajan en turnos extendidos para despejar calles, canales y espacios públicos.
CENSO Y CARROTANQUES
En paralelo, se mantiene activo el proceso de caracterización de la población damnificada. Hasta el momento, según datos de la Ogricc, se ha avanzado en un 35% del censo, equivalente a casi 700 familias registradas en más de 60 barrios.
Por otro lado, como parte de la atención humanitaria, la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta Essmar ha dispuesto 10 carrotanques para suministrar agua potable a los sectores donde colapsaron redes o hay represamientos de aguas residuales.
Según el último balance, se han realizado 62 viajes con estos carrotanques, atendiendo colegios, clínicas y barrios como San Fernando, La Lucha y Juan XXIII, este último con 4 carrotanques fijos, dada la gravedad de la situación.
La medida buscó garantizar el acceso al agua potable como derecho básico y mitigar riesgos sanitarios en medio de la emergencia, especialmente ante la acumulación de lodo y sedimentos en las viviendas.
LLAMADO DE URGENCIA
El director Álex Velásquez también lanzó un llamado de urgencia al Gobierno Nacional y Departamental: “El distrito no está preparado para soportar otra lluvia torrencial. Esta emergencia sobrepasa nuestra capacidad operativa y necesitamos apoyo urgente en recursos, asistencia técnica y ayudas humanitarias”.
Mientras continúan las labores de limpieza y atención, el Distrito reiteró su enfoque de gobierno en territorio, priorizando la acción directa, la atención a los más vulnerables y la recuperación sostenible de las comunidades afectadas.