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Caída brutal de la natalidad

En 1798, Thomas Malthus, en su libro de Ensayo sobre el principio de la población, sostuvo que un siglo después la raza humana, que para entonces rondaba los mil millones de habitantes, se extinguiría como resultado de la sobrepoblación. Según el economista británico, la población crecía en una progresión geométrica mientras que los recursos para su supervivencia solo lo hacían en progresión aritmética, de manera que el colapso era inevitable.

La historia ha destrozado la hipótesis maltusiana. Por un lado, el crecimiento de producción de alimentos ha sido descomunal. Solo entre el 2000 y el 2022, el valor agregado agrícola aumentó un 89%, la producción de cultivos primarios, como los cereales, creció 56%, la de carnes un 55%. Como resultado del progreso alimentario y de los avances en salud pública, si a principios del siglo XX algo más del 80% de la población era pobre, hoy se calcula que menos del 10% vive en pobreza extrema.

De la mano del trabajo hecho por el capitalismo en la producción de alimentos y las mejoras en saneamiento, agua potable y la salud pública, la población mundial se disparó. Si en 1900 era de cerca de 1.650 millones, empezó a crecer exponencialmente después de la segunda guerra, llegó a algo más de 6.000 millones en el año 2000, en el 2011 alcanzó los 7.000 millones y, apenas once años después, en el 2022, el mundo tenía ya 8.000 millones de habitantes.

Desde fines del siglo XX, diversas voces alertaron sobre los peligros de lo que se ha denominado “sobrepoblación mundial”, en particular las medioambientalistas que resaltan los impactos en el cambio climático, la degradación ecológica y la contaminación, la pérdida de biodiversidad y la escasez de recursos como el agua. Algunos sostienen que la presión sobre el planeta es insostenible.

Ocurre que, sin embargo, la acelerada curva de crecimiento poblacional ya no es tal y que también acá se equivocó al malthusianismo. Aunque se espera que hacia el 2080 se llegue a 10.300 millones, a partir de ese momento el número de habitantes en el planeta empezará a descender. De hecho, ya en 63 países del mundo la población empezó a disminuir. Si la tasa global de fecundidad era de 2 en el 2000, ahora es de 1,1. América Latina está sintiendo el cambio. Si en 1950 el promedio de hijos era de 5,8 ahora es de 1,8, por debajo del 2,1 que se estima necesario para mantener la población actual.

Colombia no solo no es ajena a este fenómeno sino que lo vive de manera más aguda. Si bien la caída de nacimientos empieza en el 2010, se agravó de manera notable después de la pandemia. Entre 2021 y 2022 fue del 7%, y para el 2023 del 10%. Y el año pasado hubo 445.011 nacimientos, no solo una cifra 14% inferior al 2023 sino, en números absolutos, menos que en 1950. Nuestra tasa de fertilidad, 1,62, es la más baja del América Latina e incluso menor que la de todos los europeos excepto España. A esas cifras hay que agregar las de migrantes al exterior.

Es probable que hoy en Colombia haya menos habitantes que los 52 millones de las cifras oficiales. De hecho, según el BanRepública, el decrecimiento empezó en 2022, 30 años antes de lo que preveía el DANE. Y todo muestra que la población seguirá bajando. Al mismo tiempo, el mundo envejece. Para el 2050, una de cada seis personas tendrá 65 años o más.

La combinación de la caída de la natalidad y del aumento de los adultos mayores plantea desafíos inéditos. Nosotros, además, con tasas de crecimiento tan bajas, corremos el riesgo de un rápido envejecimiento de la población sin aumentar de manera sustantiva la riqueza, de manera que la vulnerabilidad de los ancianos podría ser mayor. Entre otros muchos efectos, la base de la pirámide disminuirá de manera ostensible, habrá muchas menos personas en edad de trabajar, escaseará la mano de obra y caerá de manera importante el número de aportantes al sistema pensional y de salud.

Los retos estructurales y estratégicos son gigantescos. Y, entre escándalo y escándalo, muy pocos los están pensando. El próximo gobierno, el de la reconstrucción, no solo tendrá que enfrentar una policrisis como nunca en la historia sino que deberá trascender las urgencias y proyectarse a mediano y largo plazo. Nos jugamos el futuro.

*Abogado


En 1798, Thomas Malthus, en su libro de Ensayo sobre el principio de la población, sostuvo que un siglo después la raza humana, que para entonces rondaba los mil millones de habitantes, se extinguiría como resultado de la sobrepoblación. Según el economista británico, la población crecía en una progresión geométrica mientras que los recursos para […]


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Fecha de Publicación: domingo, 10 de agosto del 2025


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