Dance Lab desentierra la memoria del Caribe en el Teatro Cajamag con “El Cuarto de San Alejo”
Con una puesta en escena cargada de simbolismo, movimiento y emoción, la compañía samaria de danza contemporánea presentó un espectáculo que conecta al público con sus recuerdos más profundos.
El escenario del Teatro Cajamag “Pepe Vives Campo” se transformó en una cápsula del tiempo donde objetos olvidados, reliquias familiares y emociones antiguas cobraron vida a través de la danza contemporánea.
Fue la obra “El Cuarto de San Alejo: Entre Checheres, Reliquias y Tesoros”, dirigida por la compañía Dance Lab, la que se encargó de abrir una puerta al pasado desde una mirada creativa y profundamente caribeña.
La propuesta artística exploró la memoria individual y colectiva de una región rica en tradiciones, desde los gestos cotidianos hasta los símbolos más íntimos de la cultura popular. Cada movimiento sobre el escenario evocó historias que, aunque personales, resonaron en la identidad de todos los asistentes.
Un homenaje al desorden emocional del Caribe
“El Cuarto de San Alejo”, en la tradición oral del Caribe, es ese rincón olvidado de la casa donde van a parar los objetos que ya no se usan, pero que tienen un valor sentimental. Bajo esa metáfora, la obra articuló un relato corporal donde los bailarines se sumergieron entre checheres —como se conoce en la región a los objetos viejos pero queridos— para transformar la nostalgia en arte.
El público, que llegó al teatro vivió una experiencia sensorial cargada de ritmo, pausas, silencios y explosiones de energía. La escenografía sencilla, casi doméstica, sirvió como marco para una narrativa íntima y especial.
Dance Lab, colectivo samario de danza contemporánea, se ha consolidado en los últimos años como un espacio de investigación artística y experimentación corporal. Con propuestas que combinan técnica, sensibilidad y crítica social, sus obras han ganado reconocimiento en diferentes escenarios regionales y nacionales.
Esta puesta en escena forma parte del compromiso de Cajamag por fortalecer y visibilizar el talento artístico de la región Caribe, generando espacios donde el arte dialoga con las comunidades desde la identidad cultural.
“El Cuarto de San Alejo” no fue solo una pieza de danza, fue también un ejercicio de memoria. Una invitación a mirar hacia dentro, a reconocer en los objetos guardados las emociones pendientes, y a entender que cada “chechere” cuenta una historia.