El ´mercado persa´ de vendedores deteriora la playa de El Rodadero

En un mercado persa de vendedores ambulantes de toda clase quedó convertida en reciente puente festivo la playa de El Rodadero. Allí se dieron cita desde vendedores de mango, ´raspao´, hasta los de almuerzos en icopor, lo cual está prohibido en una clara competencia desleal a los restaurantes formales y violación a las normas sanitarias. Pero no faltaron las ventas de chuzos, mazorcas y arepas asadas en anafe con tizones encendidos que se paseaba a lo largo de la bahía. El gremio del turismo demandó mayores controles por parte del Distrito./MONTYNER ALVIS
Acodres rechaza la venta de alimentos especialmente aquellos que utilizan envases de icopor no biodegradables. Esto no solo afecta la salud pública y el medio ambiente, sino también genera competencia desleal para los establecimientos formales.
Crece la preocupación entre el gremio del turismo organizado y representantes del sector gastronómico de El Rodadero debido a la proliferación de vendedores informales de almuerzos en cajitas de icopor, quienes recorren la playa del balneario sin ningún tipo de controles.
La situación está desbordada precisamente por el número de vendedores quienes comercializan todo tipo de mercancías como inflables, gafas, bronceadores, alquilan bicicletas marinas, gusano flotador, kayak, esteras, carpas, y venden una variedad de alimentos, bebidas, refrescos, frutas.
Algunos turistas que llegan a disfrutar del paisaje y darse un chapuzón en el agua salada no salen del asombro al ver tantos vendedores ofreciendo sus productos y en ocasiones de manera insistente. Además, denunciaron el exceso de ruido originado por bocinas o parlantes, los cuales representan una contaminación auditiva perturbadora de la tranquilidad que evoca el mar.
Otra preocupante situación es la venta de mazorcas, arepas asadas y chuzos en anafe con tizones encendidos a cargo de personas que recorren la zona activa de playa como ‘Pedro por su casa’ en perjuicio de la seguridad a los turistas quienes caminan descalzos.
La directora ejecutiva de Acodres Magdalena, Paola Narvaez Uribe, lamentó la competencia desleal que mantiene en ‘jaque’ a los propietarios de restaurantes en El Rodadero y aprovechó para hacer un llamado a las autoridades en aras de fortalecer los operativos y controles contra la informalidad en la venta de alimentos.
“Desde el gremio rechazamos la venta de alimentos especialmente aquellos que utilizan envases de icopor no biodegradables. Esto no solo afecta la salud pública y el medio ambiente, sino también genera competencia desleal para los establecimientos formales. Es crucial promover prácticas sostenibles y cumplir con la normatividad para proteger nuestro entorno y economía local”, recalcó la directora ejecutiva.
No cabe duda de que el crecimiento desmedido en el número de vendedores en El Rodadero deteriora la calidad de ese destino, pero además contribuye a tugurizar espacios públicos como andenes, la ciclovía, el Camellón e inclusive los alrededores del condominio Santa María del Mar.
Residentes y comerciantes en El Rodadero también coinciden al afirmar que la falta de recolección de basuras se ha convertido en otro dolor de cabeza porque se están generando focos de contaminación, los cuales deterioran la buena imagen de la principal vitrina turística de Santa Marta.
Por su parte, representantes de agencias operadoras de turismo con sede física en el balneario, también piden a las autoridades que ejerzan una mayor regulación con verificación de Registro Nacional de Turismo (RNT) ante el aumento de personas con pancartas o en bicicleta que están ofertando paseos familiares y hospedajes a precios bajos.