Por estos días en los que vivimos una gran tensión diplomática con Estados Unidos, muchos han recordado al expresidente Ernesto Samper, en cuyo periodo se tuvieron las peores relaciones con ese país que se recuerden en nuestras épocas recientes, al punto de que al mandatario le fue retirada su visa americana.
En entrevista con Colprensa, el expresidente habla sobre qué puede significar para el país esta crisis diplomática y habla de algunas decisiones del presidente Gustavo Petro, de quien, pese a que lo ha apoyado, se aparta en algunos temas.
Aunque recuerda que él también fue víctima de una conspiración por parte de Álvaro Leyva, asegura que no estuvimos cerca de un golpe de estado contra Petro y declara que cualquier iniciativa de asamblea constituyente debe tener el respaldo del Congreso.
¿Cómo ve el llamado a consultas de los embajadores de Colombia y Estados Unidos?
Es un llamado más de carácter aclaratorio, hay malentendidos alrededor de las relaciones. Los malentendidos comienzan hace 3 años desde que no tenemos embajador aquí. ¿Cómo podemos tener importancia estratégica para un país que en tres años no ha habido interés en nombrar embajador?
Los Estados Unidos no tiene por qué pedirnos ningún tipo de explicación, somos nosotros los que tenemos que pedir explicaciones a ellos porque nos aumentaron los aranceles cuando les estábamos comprando más; cuando nos mandan los migrantes esposados, metiéndolos en cárceles que parecen campos de concentración; cuando están acabando con la ayuda de Usaid que canceló programas por 78 millones de dólares. Nosotros tenemos razones para pedir explicaciones a Estados Unidos, no al revés.
Este es el segundo momento de tensión entre ambos países, pueden llegar consecuencias mayores
Todos están pendientes del tema de la desertificación y tenemos que hacernos a la idea que no es un mecanismo legítimo, está prohibido por las Naciones Unidas y esas descertificaciones terminan por ser contraproducentes porque terminan recargando sobre la gente de abajo los costos de la sanción.
Con ese mecanismo de sanciones personales y económicas, Estados Unidos se está ganando el mundo en contra. No hay que tener miedo a Estados Unidos porque la desertificación lo utiliza como un mecanismo político para distinguir entre países amigos y enemigos, lo hace por razones ideológicas.
Otra de las acciones que puede tomar Estados Unidos es el tema de las visas. ¿Cómo ve este panorama, usted que ya lo vivió?
Aquí estoy vivo. No tengo visa y he podido sobrevivir, no se necesita visa para poder vivir. Es un mecanismo odioso de castigar a la gente y de ganarse más enemigos de los que ya tienen.
En estos momentos Estados Unidos está muy peligroso, no recomendaría ir en este momento y en las condiciones en que está aún teniendo visa.
¿Cómo se manejó en su momento esta decisión y esta crisis con los Estados Unidos?
Nosotros nos desertificamos pese a que el país completó acciones contra el narcotráfico, sacamos la extinción del dominio, penalizamos el lavado de dólares, aprobamos la extradición, nada de eso sirvió para que Estados Unidos cambiará la posición que tenían de mi gobierno.
Pero varios gremios advierten de consecuencias económicas por ser Estados Unidos el principal socio comercial
Es una gran paradoja que se encuentra, porque el desempleo está bajando, la inflación está bajando, la inversión está aumentando, la tasa de cambio se ha sostenido. Cuando dicen que el paciente está bien de temperatura y todos sus signos vitales completos, lo más probable es que el paciente este bien y la economía está estable.
En medio de esta crisis, ¿cómo ve los retos del próximo canciller?
Colombia está en una posición internacional interesante, me doy cuenta de que ya hay tres interlocutores en América Latina (México y Brasil), donde se incluye ya a Colombia con su diversidad, transición energética, su posición humanitaria en temas de Gaza.
Yo quisiera que hubiera más proximidades de sectores empresariales en países como China, Lula y Boric llegan con cientos de empresarios y nosotros sin ninguno que se quedan criticando. La ruta de la seda no es un sometimiento político, es una casa con cooperación e inversión.
Si usted fuera presidente en este momento haría algo distinto
Tengo diferencias con la forma. Me parece que el país tiene muchos conflictos para que se gobierne conflictivamente, pero de resto, temas como la integración, la búsqueda de la paz y las reformas siguen en el proyecto del gobierno.
Pero al presidente se le critica sus señalamientos y su tono explosivo, como lo ocurrido hace unos días con Macron
El presidente es dialectico, es bastante directo en sus mensajes. Yo la verdad no hubiera gobernado tanto por trinos, pero es la manera que él ha encontrado para comunicarse. El presidente sigue fijando la agenda política en el país y eso es un hecho inédito en Colombia.
Más que la forma, me preocupa el fondo. Estamos cayendo en una polarización ideológica. Las relaciones internacionales no se dan entre gobiernos sino entre estados. Si aceptamos que la única manera de relacionarnos es con gobiernos amigos vamos a partir la región entre derecha e izquierda. Hay que acabar con la polarización ideológica porque eso sí acaba la democracia y la reduce a dos extremos.
Es viable la propuesta del presidente sobre una papeleta para una constituyente
La constitución del 91 estableció una especie de seguro y es que todas estas formas de participación popular tienen que pasar por el Congreso. La papeleta es válida si es un mecanismo de consulta que está previsto y se podría pedir al Congreso que autorice. No hay que tenerle miedo a dar esos pasos, es una posibilidad de oxigenar la democracia, pero esa iniciativa tiene que pasar por el Congreso.
Que piensa sobre los audios de Leyva y las intenciones de un posible golpe de estado
La verdad no le doy la importancia que algunos le están dando a este hecho y no creo que pase nada, los Estados Unidos tienen la larga política de no interferir con la estabilidad de los Gobiernos. Tampoco hay posibilidades de que en Colombia se llegue a dar un golpe de Estado al estilo de golpes militares, Colombia tiene una institucionalidad muy fuerte y una separación de poderes y de Cortes.
Esas escaramuzas no van a afectar, pero sí hacen daño, crean desconfianza en estas relaciones con Estados Unidos. Soy consciente que parte de los problemas que vivimos actualmente con los Estados Unidos pueden tener origen en las versiones que pudo haber llevado el doctor Leyva como excanciller de la República.
Usted aseguraba que también fue víctima de un intento de golpe de Leyva
Al terminar mi gobierno hacia el mes de octubre, él, en compañía de algunas personas, trató de hacer alianzas de grupos paramilitares, esmeralderos y las Farc, revolviéndola con factores de poder como los Estados Unidos para pedir mi salida del gobierno, con el argumento de que esto facilitaría el logro de la paz. La conspiración fue develada por el hoy embajador en Cuba, José Noé Ríos. Esto se presentó entonces y se puede presentar ahora.
Ya sería una segunda acusación contra Leyva. ¿Porque cree que él lo hace?
Leyva siempre ha sido un golpista nato, ha sido su especialidad programar golpes de estado y desarmar procesos de paz en los cuales no está involucrado. Yo lo lamento desde el punto de vista personal porque creo que Leyva hizo una buena gestión como ministro de relaciones exteriores, el fallo de La Haya y la disputa con Nicaragua, pero luego empezó a hacer gestiones conspirativas.
BOGOTÁ, (Colprensa).