La precaria infraestructura educativa, la nula inversión en las vías y la falta de alcantarillado, con la consecuente dependencia de pozos sépticos, son las principales problemáticas que afectan a la comunidad pesquera. EL INFORMADOR en los barrios estuvo en la población.
En el marco de los 500 años de Santa Marta, líderes comunales del corregimiento de Taganga alzaron su voz para exponer las necesidades históricas que enfrenta esta población, entre ellas la falta de servicios públicos, el colapso vial, la deficiencia educativa y la desatención institucional.
Nelson Briceño, líder de la comunidad, agradeció el interés por visibilizar estas dificultades y resaltó que, aunque desde la administración distrital se ha anunciado un programa de atención para el corregimiento, los detalles aún no han sido socializados. La comunidad espera que en la próxima jornada de “Alcaldía al Barrio” programada para este sector, se puedan concretar proyectos en beneficio de los habitantes.
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Una de las principales preocupaciones gira en torno a la infraestructura vial. Según Brceño, Taganga no cuenta con acueducto ni alcantarillado, situación que ha impedido la pavimentación de las calles. Para mitigar esta carencia, se han presentado proyectos ante el Gobierno Nacional para construir placas huellas que faciliten la movilidad, especialmente para personas mayores, con discapacidad y turistas.
En materia educativa, el corregimiento cuenta con una infraestructura insuficiente en sus dos sedes educativas, lo que ha obligado a muchos estudiantes a desplazarse hacia el área urbana de Santa Marta, aumentando los costos para las familias. Un proyecto de megacolegio permanece estancado desde hace varios años, pese a que podría beneficiar a jóvenes tanto de Taganga como de zonas aledañas.
Respecto al sector pesquero, considerado el segundo más importante después del turismo, Briceño advirtió sobre las restricciones impuestas por Parques Nacionales en las playas donde tradicionalmente se realiza pesca artesanal. A pesar de las mesas de concertación y de ciertos avances para la restitución de espacios, las condiciones actuales siguen afectando a los pescadores. “Las grandes compañías pesqueras están agotando los recursos marinos en altamar, lo que impide que los cardúmenes lleguen a la costa, afectando a quienes pescan con chinchorro desde tierra”, explicó.