Ante el enjambre de sismos ocurridos entre la tarde del miércoles y la mañana de ayer jueves en el Estado Zulia en Venezuela que no dejaron víctimas que lamentar, y que varios de estos se sintieron con fuerza en Santa Marta, sirvió para rememorar aquella madrugada del 22 de mayo de 1834, en la que un terremoto de 6,4 de magnitud, con epicentro en el mar Caribe y una profundidad de 10 kilómetros, que dejó a la ciudad en ruinas y un impacto devastador que se extendió a más de 100 edificaciones, entre las que se incluyeron, la Catedral Basílica, la iglesia de Santo Domingo y el hospital de San Juan de Dios.
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De igual forma, fueron reportados graves deslizamientos de varios cerros en la Sierra Nevada, mientras que en el norte y sur de la hoy capital de Magdalena, se abrieron inmensas grietas por las que corrieron fuertes corrientes de agua. A su momento, se contó la muerte de una persona, mientras que otras cuatro resultaron heridas por la caída de muros. Asimismo, señalan los documentos de la época que, durante los cinco días siguientes, hubo más de 50 réplicas. La intensidad sísmica afectó estructuras en el barrio Mamatoco pese a estar retirado, y el corregimiento de Taganga, además del municipio de Ciénaga, y ciudades como Cartagena, Valledupar, Riohacha, Mompox, y Maracaibo en Venezuela. Infografía del Servicio Geológico Colombiano.