Por: Juan Mozo De Lima
Redacción: EL INFORMADOR

Después de tres años de lucha y tras la muerte de Ángel, un perro que sufrió un brutal caso de maltrato, la Cámara de Representantes aprobó por unanimidad la Ley Ángel, la protección de los animales en Colombia; la norma endurece las sanciones contra el maltrato animal, fortalece los mecanismos de prevención y sensibilización ciudadana y establece la prohibición de que personas condenadas por estos delitos puedan tener animales por un periodo de cinco a siete años.

Esta aprobación es especialmente significativa para Santa Marta, una ciudad donde el maltrato animal ha sido una problemática persistente. Grupos defensores de los derechos de los animales han denunciado reiteradamente casos de abandono, agresión y explotación, generando una presión constante para que las autoridades apliquen las normativas existentes.

En Santa Marta, organizaciones como Salva un Alma, Patitas Felices y la Fundación Animalistas Santa Marta han documentado innumerables casos de violencia y negligencia, enfrentándose a la impunidad y a la falta de recursos para atender denuncias. El caso de Ángel refleja una realidad que los activistas locales han denunciado por años: el bajo porcentaje de condenas en casos de maltrato. Según cifras presentadas por el representante Juan Carlos Wills Ospina, de las más de 15.500 denuncias registradas desde 2016, solo el 1,4% han terminado en condena, lo que evidencia la urgencia de aplicar esta nueva ley con firmeza.

El presidente de la Cámara, Jaime Raúl Salamanca Torres, resaltó que este avance legislativo representa un paso fundamental en la lucha contra la violencia hacia los animales. “Es un gran logro haber liderado la discusión de la Ley Ángel, un reconocimiento a la necesidad de proteger a estos seres que son parte de nuestra vida y nuestra sociedad”, expresó.

Con la aprobación en la Cámara de Representantes, la iniciativa pasa a la sanción presidencial para convertirse oficialmente en ley. En Santa Marta, la expectativa es alta: colectivos animalistas esperan que esta legislación marque un punto de inflexión en la protección de los animales y que, finalmente, se traduzca en acciones efectivas para castigar a los agresores y prevenir nuevos casos de maltrato.

La Ley Ángel es un triunfo de la ciudadanía y de los activistas que han alzado su voz contra la crueldad animal. Ahora, el reto es garantizar su aplicación en todo el país y, en particular, en ciudades como Santa Marta, donde la lucha por los derechos de los animales ha sido una causa constante y urgente.