Lunes 02 de Junio de 2025 – 5:28pmAunque hay personas que llevan sabiendo de sus capacidades desde hace años, incluso décadas, es normal que otras muchas que aún no han recurrido a ellos sean algo escépticas con respecto a las posibilidades que ofrecen los amarres de amor. A nosotros mismos nos ocurría hasta que un caso nos tocó de cerca, fuimos testigos de los resultados y decidimos investigar un poco más sobre el tema.
Tras habernos negado durante mucho tiempo a plantear siquiera la idea de llevar a cabo este tipo de conjuros, hoy no solo sabemos que funcionan, sino que además hemos reunido para ustedes algunas opiniones sobre los amarres de amor de Paloma Lafuente que les serán de gran utilidad si están pensando en recurrir a ellos. Lean con atención, ¡se llevarán más de una sorpresa!
“Conseguí atraer a mi amor de juventud tras mi divorcio y ahora creo en las segundas oportunidades”
Siempre había escuchado hablar sobre los hechizos de magia blanca para atraer el amor, pero la verdad es que no creía demasiado y, no les engañaré, tampoco había necesitado recurrir a ellos. Conocí a mi esposo siendo bastante joven aún y nos casamos pronto, por lo que se podría decir que tuve mis necesidades amorosas bien cubiertas durante un tiempo.
El problema es que él quería tener hijos y yo no podía dárselos, así que tras unos primeros años de amor, la relación comenzó a deteriorarse en un proceso que fue acelerándose de forma vertiginosa en muy poco tiempo. Ahí ya me planteé realizar un amarre de amor, pues le quería demasiado, pero me explicaron que los hechizos de magia blanca deben respetar el libre albedrío de la persona sobre la que se lanza, y yo sabía que tener descendencia era demasiado importante para él por mucho que me quisiera.
Así, aunque nos quisimos enormemente y aún guardamos una relación cordial, planteamos un divorcio de mutuo acuerdo, que no por ello resultó menos traumático. Él encontró otra pareja rápidamente, pero a mí me afectó bastante a nivel personal, lo que hizo que me recluyese en mí misma y que, durante un tiempo, no valorase la idea de volver a enamorarme.
Sin embargo, tras hablar con una buena amiga, decidí que, a mis 33 años, yo también merecía seguir adelante. El problema es que nunca había tenido que buscar pareja y, no se los negaré, me había acostumbrado demasiado a ciertos detalles de la personalidad de mi esposo, por lo que no me valía cualquier hombre. ¡Iba a resultarme más complicado de lo que pensaba!
Una noche, saliendo con mis amigas, me encontré a un viejo amor de juventud. Me alegré mucho y el trato fue fabuloso, y aunque yo sé que en su día le gusté, no vi en él muestras de acercamiento alguno. Técnicamente no era alguien nuevo, por lo que podía encajarme, ¿pero cómo conseguir un acercamiento con él con atrofiadas capacidades sociales? Fue justamente ahí cuando una amiga me recomendó hablar con Paloma Lafuente.
Acudí a ella y me habló de las posibilidades que ofrecían sus amarres de amor. No eran dañinos, pues se centraban en dirigir energías positivas hacia un objetivo beneficioso para todas las partes, y todo lo que me expuso me sonó bastante bien. Además, me leyó las cartas y acertó con bastantes cosas, por lo que me dejé llevar.
Seguí viéndome con Mateo, poco a poco fue surgiendo la química, y aunque a mí me avergonzaba insinuarme sin más, terminó siendo él quien dio el primer paso. Me confesó que llevaba años pensando en mí, volví a enamorarme y ahora nos planteamos adoptar a nuestro primer hijo juntos.
La vida da segundas oportunidades, solo hay que estar dispuesta abrirse a ellas. ¡Y yo no puedo más que recomendar los servicios de una Paloma Lafuente que me cambió la vida por completo!
“Mi esposo no era el mismo desde hace tiempo, pero gracias a Paloma Lafuente conseguí recuperarlo”
Las cosas nunca han ido bien a nivel económico en mi hogar, pero aún así Marlon y yo siempre lo llevamos bien. Nos queríamos, habíamos formado una familia con nuestro hijo mayor y la pequeña de la casa, y parecía que con eso nos bastaba.
En cambio, al cabo de 15 años de nuestra peculiar monotonía, empecé a notar que nuestra relación se enfriaba. Ya no me buscaba como antes y una tiene sus necesidades, pero lo verdaderamente grave es que dejó de mirarme como lo había hecho siempre. Fue ahí cuando recordé que una compañera del trabajo me había hablado en su momento sobre los amarres de amor y sobre cómo Paloma Lafuente la había ayudado a conquistar a un compañero del gym. Mi situación era diferente, desde luego, pero estaba desesperada. No quería perder a Luis, así que pensé que por preguntar no perdería nada.
Contacté con esta vidente de nacimiento, que me explicó que este tipo de rituales espirituales podían ayudarme a mí también, pero cuando le pedí más datos me informó de que necesitaba hacer un estudio más pormenorizado para conocer más detalles sobre lo que nos estaba ocurriendo.
Entonces me leyó las cartas y descartó que hubiese una tercera persona, algo que me preocupaba al detectar un descenso en su fogosidad hacia mí. Por lo visto, era agobio por nuestra situación económica y cansancio por el trabajo, dos detalles en los que se podía trabajar, y además el tarot aseguraba una buena noticia a nivel sentimental para mí, así que decidí creer.
Paloma me explicó que los resultados de sus hechizos de magia blanca no eran instantáneos, que requerían de fe y algo de paciencia, pues no podían obligar a nada a mi esposo, sino hacerle ver que era necesario reconducir la situación. Tras eso, me dio las instrucciones pertinentes y al día siguiente, ya con todos los ingredientes del amarre de amor reunidos, aproveché un momento de soledad en la mañana para realizar el conjuro.
Pasaron varias semanas sin cambios, pero yo me había propuesto resistir, así que no dejé de regalarle palabras lindas y de darle caricias cuando se dejaba y, de repente, como al mes y medio, sus ojos volvieron a mirarme desde el amor más profundo. Me confesó que había estado pasando por un mal momento a nivel anímico, pero que se había dado cuenta de que no estábamos peor que otras veces y de que lo que había hecho que siguiese adelante siempre había sido yo.
Esa noche hicimos el amor como hacía años que no, algo que se ha seguido repitiendo desde entonces, y además al día siguiente empezó a buscar un nuevo trabajo con el que poder pasar menos apuros, ¡por lo que el beneficio del amarre de amor fue doble!
“Llevaba meses notando algo extraño y por fin pude descubrir lo que ocurría y solucionarlo”
Llevábamos cinco años casados y todo había ido bien, pero desde que volvió a trabajar, Teresa cambió por completo en lo que respectaba a su actitud hacia mí. Yo estaba encantado, quería que se sintiese realizada, pero comenzó a llegar más tarde de lo normal a casa, no paraba de sonreír al mirar el celular y, sin embargo, a mí me hacía el menor caso posible.
Siempre pensé que acudir a pitonisas en busca de consejo espiritual no era cosa de hombres, pero no te das cuenta de lo desesperado que estás hasta que te encuentras ante una situación así. Fue por eso que, antes de tomar una decisión drástica, decidí acudir a Paloma Lafuente. Había visto un anuncio y, no sé por qué, me había quedado con su nombre. Llámenlo destino.
Le conté que pensaba que Teresa me estaba engañando con otro. Que la amaba, pero que no podía seguir viviendo con esa incertidumbre. Y que acudía a ella como último recurso antes de dejarla para siempre. Ella me tranquilizó, me dijo que sus cartas podían descubrir cosas, y yo me abandoné a una lectura del tarot en la que nunca antes había creído.
Sorprendentemente, me dio algunos detalles de mi esposa que yo no le había contado, por lo que cuando comenzaron a surgir otros datos que yo desconocía, no tuve problema en creer la información.
Sí que había una tercera persona, un hombre, pero Teresa no me había engañado con él. Al menos, no de momento. Aún estaban conociéndose y su amor por mí era demasiado fuerte aún, pero de no haber acudido a Paloma a tiempo, nadie sabe cómo había terminado la cosa.
Ante esto, la vidente me propuso una solución que yo no había escuchado nunca, un tipo de amarre de amor de magia blanca que no se basaba en atraer a una persona, sino en alejarla: un amarre de alejamiento. Me explicó que no dañaría a nadie, pero que conseguiría ahuyentar al compañero de mi esposa para que ella volviese a centrarse en su amor por mí.
La verdad, las primeras semanas resultaron muy complicadas para mí, no sé cómo resistí sin decirle nada. Sabía lo que rondaba su cabeza y no podía evitar estar resentido, pero mi fe y el amor que siempre he sentido por ella podían más.
Para mi sorpresa, en un par de semanas noté que empezó a llegar antes a casa, y en menos de un mes me pidió hablar. Me contó que había tenido un acercamiento con un compañero del trabajo, pero que había sido algo muy inocente y que no había llegado a nada. Que le había servido para darse cuenta de lo mucho que me quería, y que por favor la perdonase.
El abrazo que le di ese día fue el más sincero que le di nunca, y desde aquello todo ha vuelto a la normalidad. Poco después, además, me enteré de que el compañero había dejado la empresa. Y yo, que siempre he sido un incrédulo, quiero pensar que haber obrado según las indicaciones de Paloma tuvo mucho que ver con mi felicidad actual.
“Mi vecina enviudó y yo llevaba tiempo enamorado de ella, pero no sabía cómo acercarme”
Mi historia es breve, pero espero les sirva para creer un poco más en que hay algo más allá que puede ayudarles a conseguir sus objetivos en el terreno amoroso.
Yo vivía con mi mamá en un edificio pequeño, nos mudamos allí tras el fallecimiento de mi papá, llevábamos apenas tres años allí. Yo hacía tiempo que no tenía pareja y, la verdad, estaba demasiado centrado en trabajar para ayudar en casa como para pensar en volver a sentir amor por nadie.
Un buen día, llegaron unos nuevos vecinos. Él arrastraba una larga enfermedad y el hospital estaba cerca. Fue una lástima, era un gran hombre, pero no duró demasiado: se fue poco más de un año después. En ese tiempo les conocí bien a los dos, tanto que incluso fantaseé con estar con esa mujer de sonrisa radiante, aunque algo triste. Ahora bien, ¿cómo podía siquiera plantearle algo así habiendo sufrido una pérdida como aquella?
Decidí dejar un tiempo, pero Marisa no reaccionaba. Pasaron los meses, se cumplió un año desde la pérdida y cada día iba a peor, se encerraba aún más en sí misma… y yo no sabía cómo superar ese bloqueo.
Por suerte, a mi madre no se le escapa nada y decidió ponerme en contacto con Paloma Lafuente. Le expliqué la situación, estudió mi caso y me dio unas indicaciones breves pero muy claras. Mi madre me ayudó a preparar el ritual, lo puse todo de mi parte y seguí pasando tiempo con Marisa, aunque sin forzar nada.
Un día, sentados en el sofá charlando, como de costumbre, le salió darme un beso. Me quedé petrificado, la miré a los ojos y se lo devolví. Fue entonces cuando me dijo que llevaba tiempo pensando en mí, pero que sentía que estaba traicionando a su marido fallecido.
Nos dimos unas semanas, después trasladé mis cosas a su departamento y diría que, poco a poco, vamos construyendo nuestra felicidad. Aún nos falta, ¡pero qué agradecido estoy a mi madre y a Paloma!
Paloma Lafuentemagia blancaLa HamacaAlgunos cuentan su experiencia después de haber recurrido a la magia blanca. Visible: SíLeodiazgranados
Autor:
Fecha de Publicación: domingo, 1 de junio del 2025