Tres años quedan ya para recuperar el tiempo perdido luego de funestas experiencias en las tres más recientes administraciones samarias. Hoy más que nunca, requeridos estamos de un gobierno cierto, claro, prospectivo, estratégico, que promueva grandes aperturas y se sitúe lejos, muy lejos de ser una utopía, para asegurar una Santa Marta más justa, más próspera y por supuesto más fuerte, especialmente por cuanto existe una creciente expectativa en la gente relacionada con el rumbo futuro de la ciudad; y, por cuanto rondan altas voces cuestionando acremente la capacidad de acción de la actual Administración, a la que en sus cuentas no ven con la suficiencia necesaria para señalar en beneficio de la ciudad y sus pobladores políticas determinadas que real y verdaderamente consoliden desarrollo, crecimiento, progreso, bienestar e integral prosperidad.

Cierto sí es, que requerimos un gobierno que asiente su agenda consultando las propias como reales necesidades del Distrito y su gente, un liderazgo de primera condición que responda a las demandas e ideales poblacionales, camino a realizar para todos en positivo, proyecciones, cambios, transformaciones y resultados que permitan mostrar de manera abrumadora la aceptación de los samarios. Muchas, se dice, y realmente es cierto, son las preocupaciones que rondan a nuestros habitante y que necesitan ser resueltas, más, por cuanto un número significativo de tribunas de opinión califican desfavorablemente lo que se ha venido haciendo hasta ahora, argumentado que lo realizado son apenas pálidos destellos de lo que real y verdaderamente debe hacerse en pro de una ciudad ávida de mayores desarrollos y progresos a todo nivel y en las más de sus áreas.

Sin embargo, no es de olvidar que aún es poco lo que nuestro burgomaestre lleva de mandato si nos atenemos a la casa en desorden que encontró, y creo que seríamos injustos en no dar el beneficio de la espera a un gobierno que apenas sobrepasa una cuarta parte de su mandato, para ver como arregla, como antes dije, una casa que encontró en caótico desbarajuste, lo que de suyo dificulta avanzar como se quiere en ruta a un Distrito más próspero, justo y equitativo en el que se priorice adelantar lo requerido, en lo que ayudará la participación activa e iniciativas de la gente, debiendo estar la Administración abierta a escuchar, dialogar y acordar con todos en contexto de integrales procesos y significativos desarrollos.

Soy optimista respeto que este gobierno conciliará maneras distintas de pensar. Lo creo de verdad. Pero también soy consciente de los retos y desafíos que se multiplicarán si perdemos la capacidad de construir acuerdos para concebir una Santa Marta plural, diversa y democrática. Sabemos y de ello estoy claro, que el disenso es parte esencial de la democracia y aunque contamos con un proyecto con respaldo popular, es y será siempre administrativo público velar por cada uno de sus asociados sin distingos ni exclusión alguna.

Pretendemos un gobierno comprometido con la inclusión, la diversidad y la conciliación en manera importante como urgente, toda vez que gobernar para todos implica escuchar a los que piensan distinto, tender puentes con aquellos que han sido críticos, y, sobre todo, ser sensible a las demandas y preocupaciones de todos los sectores de la sociedad, por lo que tarea es de la actual Administración, fomentar un ambiente donde no se pierda la apertura a quien piensa distinto; reconstruirse trabajando sin arrogancias, perversiones, demagogia, populismo ni perniciosamente, desde la reflexión y la humildad, en el entendido y la comprensión que la democracia gana cuando hay espacios para el disenso, se valora la pluralidad y se construye desde la diversidad de ideas, misma que en materia de opinión es fuente garantizada que genera adelantos, por lo que debe ser este un gobierno que promueva esa apertura que nos asegure una Santa Marta llena de logros, en la que se gobierne para todos, se fomente la edificación de una ciudad fuerte, una ciudad de derechos, por cuanto el mejor interés para todos es permitir que este gobierno cumpla en todos los aspectos su programa de gobierno y su plan de desarrollo, ya que se siguen teniendo expectativas muy altas.

El reto será que realmente se vea un cambio en la forma de gobernar y que pueda imprimir su propio sello y dinámica de trabajo, ser un gobierno distinto,  enfocado en reformar lo que mal anda, en una sólida política social y atento en materia económica, educativa, salud, infraestructura, turismo, seguridad, que esperamos se vean reflejados en excelentes resultados y sea marcado en lo posible un antes y un después. Habrá que estar atentos a los años de gobierno que faltan, en los que seguramente habrá ajustes con el paso del tiempo, en cuanto a la forma de gobernar y los perfiles en el gabinete, para poco a poco empezar a ver diferencias, pero, sobre todo, y a eso aspiramos, adentrarnos en una esencia distinta de ejercer el poder. [email protected]

*Abogado*Periodista